Contraataque ante la invasión de ratas en Tuvalu

Según algunos estudios científicos, en las próximas décadas la subida del nivel del mar debida al recalentamiento mundial, podría borrar de la superficie del mapa a Tuvalu, una de las naciones más pequeñas y remotas del planeta. Las nueve diminutas islas del archipiélago coralino polinesio son completamente llanas y su punto más alto no supera los cinco metros sobre el nivel del mar.



Pero esta tierra se enfrenta ahora a otra terrible amenaza…¡las ratas!



Sí, las Rattus rattus, o ratas negras, corren en tropel por los atolones de Tuvalu y se dedican a roer alegremente la principal cosecha de exportación del país: los cocos.



Los cocos y la copra (frutos desecados de los que se extrae el aceite de coco) son la fuente principal de ingresos para los isleños, aparte de los derechos de autor que obtienen del alquiler del sufijo de Internet del país (.tv) a una empresa de EE.UU. por 50 millones de dólares



A las ratas les gustan mucho las nueces de coco verdes. De gran agilidad, estos roedores pueden saltar hasta un metro de altura y desplazarse, como si tal cosa, de árbol en árbol, sin necesidad de lianas. Los daños que acarrean a las nueces de coco verdes se cifran en más del 60 por ciento de la producción.



Sin embargo, gracias a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, los 9 000 habitantes de Tuvalu dejarán de preocuparse dentro de poco…, si no de la subida del nivel del mar, por lo menos de las ratas. La FAO ha entrado en acción con un proyecto ecológico de gestión de plagas, por valor de 200 000 dólares EE.UU, y que reducirá considerablemente el número de ratas merodeadoras.



Cangrejos de Godzilla



El programa correrá a cargo de un experto local de desratización, ya jubilado, que enseñará a los cultivadores de coco cómo deshacerse de las ratas de forma ecológica. Una prioridad absoluta es la de salvaguardar la población autóctona de jóvenes cangrejos del cocotero, una especie en vías de extinción que constituye una de las maravillas del mundo animal.



Los cangrejos del cocotero son conocidos también como «cangrejos ladrones» y a veces reciben el apodo de «cangrejos de Godzilla». Normalmente su tamaño es el de un gato pequeño, pero pueden llegar a alcanzar los 80 cm. Son los invertebrados terrestres más grandes del mundo y sus enormes pinzas son lo bastante fuertes como para levantar piedras de cerca de 30 kilos.



Como su nombre indica, su alimento preferido son los cocos, aunque – a diferencia de las ratas – normalmente esperan a que el fruto se caiga del árbol para poder comérselo. A veces, sin embargo, trepan con los cocos por los árboles, los lanzan al suelo desde una altura que puede alcanzar los cuatro metros y luego deshacen el camino andado para bajar tranquilamente a almorzar.



El proyecto de la FAO prevé el uso de latas de piña australianas recicladas con sabrosos cebos en su interior tratados con raticida. Las latas colgarán estratégicamente de alambres fuera del alcance de los cangrejos jóvenes, pero no de las Rattus rattus, más ágiles que ellos.



Alrededor de los troncos de los cocoteros se colocarán tiras de metal para impedir la subida de las ratas -y también de los cangrejos-.



Con iniciativas parecidas en otros lugares del mundo se ha logrado aumentar la producción hasta en un 180 por ciento.



Los resultados del proyecto se trasladarán a otros programas de desratización en la región, según explicó la FAO.

FAO

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