Pruebas realizadas en plantas de procesamiento de azúcar por científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han llevado a recomendaciones para el control o la prevención de la acumulación de almidón en los azúcares crudos procesados y los productos a base de esos azúcares.
El estudio fue dirigido por química Gillian Eggleston, quien trabaja en la Unidad de Investigación de la Utilización de Productos Agrícolas mantenida por el ARS en Nueva Orleans, Luisiana.
Eggleston está estudiando la caña de azúcar que llega a las plantas de procesamiento conteniendo un nivel demasiado alto de residuos de hojas. Preocupaciones ambientales han llevado a un cambio de la práctica de quemar la caña en los campos para eliminar estos residuos. Este cambio significa que hay más residuos o más caña verde que llega a las plantas de procesamiento. Otro reto: El procesamiento de la caña verde y no quemada produce un nivel demasiado alto de almidón en los azúcares crudos y refinados, la melaza y otros productos alimenticios.
Una enzima llamada la amilasa se agrega durante el procesamiento de azúcar en las plantas estadounidense para romper las cadenas largas del almidón no deseado. Eggleston realizó pruebas en tres plantas en Luisiana utilizando una amilasa que fue estable a la temperatura intermedia (IT) y en una forma concentrada.
Eggleston usó soluciones diluidas de la amilasa concentrada para aumentar el contacto entre la amilasa y el almidón. Las soluciones degradan el almidón en moléculas más pequeñas y más manejables cuando agregadas a los tanques en la planta de procesamiento.
Una de las soluciones probadas contuvo una amilasa concentrada estable a la temperatura intermedia y diluida tres veces en agua en la planta de procesamiento. Cuando se agregó esta solución en una dosis de 2 partes por millón por tonelada de jugo de caña, la degradación del almidón fue casi el 32 por ciento. Cuando la dosis era 5 partes por millón por tonelada de jugo de caña, la degradación del almidón aumentó al 42 por ciento.
Además de este mejoramiento, agregar la amilasa en el penúltimo evaporador, en vez del último evaporador como es tradicional, llevó a un nivel aún más alto de degradación del almidón. Otra ventaja: Utilizar las soluciones diluidas de la amilasa concentrada es más económico que utilizar la amilasa no concentrada y no diluida.
ARS