La piratería informática no se asocia normalmente con la tala de la Amazonia, sin embargo, las compañías madereras que intentan saquear la selva amazónica han usado ‘crackers’ para irrumpir dentro del sofisticado sistema de monitoreo del Gobierno brasileño con el objetivo de amañar los registros.
De cara a controlar la madera que sale del estado amazónico de Pará, el Ministerio de Medio Ambiente brasileño introdujo hace dos años un sistema de monitoreo online. Las compañías, que talan el bosque para obtención de madera o para la producción de carbón vegetal, sólo tienen permitido cierta cantidad de madera cada año y esto está controlado a través de permisos de transporte expedidos por el sistema informático del Gobierno del estado.
Para poder exportar madera desde Pará, cada barco requiere uno de esos permisos de transporte, y el volumen de madera se descuenta de la cantidad total permitida a través del plan de gestión de la compañía maderera. Cuando la cantidad llega a cero, no se expiden más permisos de transporte, de manera que no se obtienen más beneficios de la tala.
Informes del Fiscal Federal brasileño, Daniel Avelino, detallan cómo 107 compañías madereras y del negocio de carbón contrataron crackers para falsificar los registros e incrementar la cuota de madera para ciertas áreas de bosque.
El resultado es que se ha comercializado ilegalmente casi 1,7 millones de metros cúbicos de madera amazónica, lo suficiente como para llenar 780 piscinas olímpicas. La cantidad de dinero implicada es enorme, y el Fiscal va a demandar a las compañías responsables por 2 mil millones de reales (la moneda brasileña), es decir 609.937.475 euros.
Muchas de estas empresas tienen un historial de prácticas ilegales. “Casi la mitad de las compañías implicadas tienen otros asuntos legales pendientes por delitos ambientales o por el uso de trabajo esclavo, entre otras cosas”, aseguró Daniel Avelino.
La investigación a los piratas informáticos comenzó en abril de 2007. Unos meses más tarde, la policía arrestó a los 30 líderes de la banda. Uno de ellos (el intermediario entre los crackers y las madereras) permanece todavía en prisión. En total 202 se enfrentan a las acusaciones.
“Greenpeace ya había advertido repetidamente de que el método de control del transporte de madera estaba sujeto a fraude. Y esto es sólo la punta del iceberg, porque es el mismo sistema informático que se usa en otros dos estados brasileños”, explicó André Muggiati, responsable de la campaña de Amazonia en la oficina de Greenpeace en Manaus (Brasil).
“Pirateando los permisos del sistema, las compañías han hecho que los cargamentos de madera parecieran legales y conformes con los planes de gestión forestal. Pero en la realidad, se está comercializando con madera ilegal, lo que agrava el problema de la deforestación. A su vez, la falta de control en las áreas que están talando les está haciendo pensar que pueden hacerlo”, concluyó Muggiati
Como si este escándalo no fuera suficiente, el Congreso Nacional Brasileño prepara una votación para cambiar el Código Forestal del país, que incrementará masivamente la cantidad de madera talada legal. Por el momento, los propietarios de terrenos en la Amazonia pueden talar árboles en el 20% de su propiedad, pero las modificaciones que se quieren adoptar es incrementar el porcentaje al 50%. No se sabe qué consecuencias medioambientales y sociales puede tener esta decisión, pero los ratios de deforestación se incrementarán de nuevo.
Este escándalo de madereras y hackers demuestra el fracaso del Gobierno brasileño en la protección de la Amazonia frente a compañías madereras que incumplen la ley. Para asegurar un futuro a largo plazo de los bosques, es necesario adoptar un plan de Zero Deforestación, que establezca objetivos ambiciosos para mantener la deforestación bajo control. Si no, la tala ilegal y el fraude corporativo seguirán siendo un problema masivo.
GREENPEACE