El Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias, ha presentado el "Panel de Consumo Alimentario" del año 2001, estudio pormenorizado sobre el consumo y gasto en alimentación, tanto en los hogares como extradoméstico. Los resultados de este trabajo muestran que el gasto total en alimentación durante el año 2001 ascendió a 61,44 miles de millones de euros (10’2 billones de pesetas), lo que representa un 8’3% de incremento con respecto al año anterior en pesetas corrientes y un 1’9% en pesetas constantes del 2000.
El volumen de consumo en el mismo periodo ha experimentado un aumento del 1’5%, por lo que se confirma, por cuarto año, la tendencia al crecimiento moderado, iniciada en 1997, tras un periodo de descensos continuados.
La distribución del gasto realizado dentro y fuera del hogar se mantiene estable con un 73% en los hogares, un 25% en hostelería y restauración y un 2 % en instituciones.
Consumo de carne
En lo que se refiere a la evolución de los grupos de productos más significativos, las carnes, con un 22% del gasto y 66 kg. per cápita al año, constituyen el grupo de más peso dentro de la cesta de la compra. En el 2001 aumenta su consumo en un 1’3% y asciende su coste un 8’3%, principalmente por causa del consumo de carne con certificación de calidad.
Productos de la pesca
Los productos de la pesca, que suponen un 14% del gasto total y 35 Kg. per capita, continúan su ascenso, con una subida del 9%, a pesar del aumento del 2% del precio, que sitúa el valor gastado en un crecimiento del 11%.
Leche y derivados lácteos
En el grupo lácteo encontramos un descenso del 2’3%, con 113 litros por habitante y año, frente a los 116 litros del año anterior. Los precios han experimentado una subida fuerte, del 14%, debido en gran parte a la aparición en el mercado de leche enriquecida con vitaminas y oligoelementos. Los derivados lácteos descienden ligeramente hasta los 34’4 Kg. por habitante y año, es decir, el 1% (ó 0’5 Kg.) menos que el año 2000. El aumento del precio del 13’6% podría ser la explicación de la primera disminución en el consumo de estos productos en la última década.
Pan, bollería y pastelería
Las compras de pan se cifraron en el año 2001 en 58 kg. per cápita, idéntica cantidad a la del año 2000. El precio del pan subió un 4%, por la tendencia a comprar las distintas variedades de pan que ofrecen las tiendas especializadas. En bollería y pastelería los españoles consumieron 13 Kg. per cápita, lo que representa un crecimiento del consumo del 5% y un 9% del precio.
Aceite
En el grupo de aceites se observa en el año 2001 un consumo de 21 litros per cápita y año. El aceite de oliva sube 4 puntos en el que consumo total de aceite, donde participa con el 59%, mientras que el de girasol supone un 34% y sólo el 7% es consumo de otros aceites. El aceite de oliva, cuyo consumo se situó en el 2001 en 12 litros por habitante, ha registrado un ascenso del 7% en volumen y un descenso del 11% del precio. Conviene destacar que dentro de este ascenso el incremento mayor fue para el aceite de oliva virgen con un 35%.
Frutas y hortalizas
Las hortalizas con 63 Kg. per cápita y año representan el 5% del gasto en alimentación. En el 2001 su consumo crece un 1’4% a pesar del aumento de precio del 6%. Las frutas, tras el fuerte crecimiento del año 2000, han visto de nuevo incrementar su consumo en un 3’5%, a pesar del alza del 12’5% en su precio.
Platos preparados
Asciende el consumo de platos preparados un 8% y su precio en un 11%. Aún así, su gasto representa sólo el 2% del total en alimentación y el volumen supone alrededor de 8 Kg. por persona y año.
Vino
Los vinos con denominación de origen han experimentado un aumento del 7’3%, que han situado el consumo en 8 litros por habitante, un litro más que en el año 2000. El descenso del 0’5% en el precio ha contribuido a este ascenso. Los caldos de calidad han crecido 3 puntos en la distribución total, por lo que suponen ya el 26 % con respecto al consumo total de vino y el 2% del gasto total en alimentación. El vino de mesa, sin embargo, desciende de nuevo ( el 10’7%), a pesar de la bajada del precio (2’4%), por lo que pierde 4 puntos en la importancia relativa dentro del consumo de vino, en el que representa el 67%. En el gasto total de alimentación figuran con el 1’4%.
Conclusiones generales
El estudio detallado del consumo señala una mayor preocupación por parte del ciudadano por mantener una dieta saludable, lo que produce un acercamiento a la dieta mediterránea en los siguientes aspectos: se consolida un consumo de pan aceptable, tras una tendencia a la baja; aumenta el consumo de aceite de oliva frente a otras grasas; y ascienden también el pescado y las frutas y hortalizas.
La segunda conclusión que se desprende del panel es que nos encontramos ante un consumidor cada vez más exigente preocupado por ingerir alimentos de la máxima calidad, aunque su precio sea mayor. Asistimos a una demanda creciente de vinos de calidad, carnes certificadas, aceite de oliva virgen y en general productos artesanales como son las variedades tradicionales de pan que el consumidor ha incorporado a su consumo habitual.
Junto a las tendencias mencionadas, hay que resaltar la preferencia por productos bajos en grasa y en calorías, así como el aumento de platos preparados que no requieren apenas tiempo de elaboración. Esta última es consecuencia del mayor tiempo dedicado a la actividad profesional, tanto por parte de los hombres, como por parte de las mujeres y del alto valor que ha adquirido en la sociedad actual el tiempo dedicado al ocio, indicativo de una mejor calidad de vida.
Metodología del panel alimentario
La metodología del panel alimentario, que viene realizándose desde el año 1987, está basada en una muestra de 6.000 hogares que, desde el año 2000, apuntan con un lector láser todas sus compras en alimentación, lo que da lugar a dos millones de registros mensuales. La muestra con la que se trabaja en la actualidad es un 11% superior a la existente en el periodo 1997-1999.
Además de la información de los hogares, el estudio cuenta con la información de 700 establecimientos de hostelería y restauración y 200 centros institucionales, lo que permite conocer directamente los volúmenes de consumo, estudiar la evolución de la dieta española y analizar la importancia relativa de cada forma de comercialización.
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