Sergio Vicente Serrano, investigador del CSIC en el Instituto Pirenaico de Ecología, desgrana las utilidades de este nuevo índice: “Por un lado, el análisis retrospectivo para estudiar el comportamiento de las sequías y sus tendencias y, por otro, el seguimiento de las sequías en tiempo real para la gestión del riesgo y la alerta temprana”.
“La respuesta a la carencia de humedad varía entre los distintos sistemas hidrológicos, como aguas subterráneas, ríos o reservas de embalses; y entre éstos y los diferentes sistemas biológicos, como cultivos y bosques; con diferencias muy marcadas en los tiempos de respuesta”, explica Vicente. “Al poderse calcular en varias escalas temporales, el nuevo índice permite adaptarse a los tiempos de respuesta característicos de diferentes sistemas naturales y económicos, permitiendo determinar la resistencia de cada uno de ellos a la sequía”, concluye el investigador del CSIC.
“Hasta el momento, ningún índice tenía en cuenta el carácter multiescalar de la sequía y el efecto de la temperatura de forma conjunta”, añade. Esto permite tener en cuenta el efecto del calentamiento global y determinar en qué medida está afectando a la severidad de las sequías (incluyendo su duración, magnitud y frecuencia). De hecho, los investigadores trabajan ahora mismo en cuantificar de manera más exacta este efecto, para lo que están desarrollando otros indicadores.
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