Esta moderna tecnología, que se emplea normalmente en medicina, la están trasladando los investigadores del IVIA al sector agraolimentario, motivo por el cual la están desarrollando y perfeccionando hasta alcanzar la suficiente capacidad para aplicarla en los almacenes hortofrutícolas de la Comunidad Valenciana.
Según el director del IVIA, Florentino Juste, “con estas técnicas se pueden detectar multitud de parámetros de calidad de las frutas, desde contenidos de grasas, huecos por picaduras de insectos y otras muchas propiedades internas sin destruir la fruta y concretamente, en este caso estamos intentando aplicar esta técnica en la detección de semillas en mandarina.”
Como se sabe, en algunos momentos, aparecen semillas en determinadas variedades de mandarinas, como consecuencia de la polinización cruzada (conocida como pinyolà), circunstancia que está causando problemas en la comercialización porque no se pueden detectar hasta que no se abre la fruta.
Por esta razón, es por lo que la conselleria de Agricultura pretende conocer si esas frutas que salen a la venta contienen pepitas. “ EL objetivo que se persigue es el de ser capaces de detectar estas semillas, bien por lotes o por partidas e, incluso, se trabaja para conseguir detectarlas en los procesos de línea de manipulación en los propios almacenes”.
Para el director del IVIA, “esto es fundamental para poder decir sin lugar a equivocarnos que un lote de una determinada partida para la exportación carece de semillas, con lo que garantizamos la calidad de nuestras mandarinas”.
Acelerar el proceso de detección de imágenes
La técnica de la resonancia magnética utilizada es muy sofisticada y, al igual que en medicina, lo que se hace es escanear las mandarinas y mediante unos análisis de imágenes, se puede ver si contienen pepitas.
“La diferencia– opina Florentino Juste- es que en su aplicación en la agricultura hay que trabajar muy deprisa. Mientras que en medicina no importa si un enfermo ha de estar dos o tres minutos para obtener una imagen de resonancia magnética, esto trasladado a nuestro campo supone mucho tiempo, por lo que se está trabajando en acelerar el proceso, de tal forma que se pueda detectar una imagen en uno o dos segundos y aplicar el sistema en una central hortofrutícola”.
En estos momentos, los investigadores del IVIA han conseguido desarrollar la técnica y alcanzar los siete segundos por imagen. “Hemos mejorado muchísimo –dice Juste- pero todavía no es suficiente para hacer una evaluación completa de toda una partida de mandarinas, aunque sí obtener ya unas muestras de la propia central hortofrutícola y detectar si esa partida tiene semillas o no semillas”.
Además, la técnica que están desarrollando y perfeccionando los investigadores del IVIA, podría emplearse en otros muchos parámetros de calidad, como por ejemplo para conocer el contenido de grasas de los aguacates, si una fruta, como el melocotón, tiene el hueso partido, o si el aceite contiene un determinado grado de grasas superior al normal, por citar algunos ejemplos.
Se trata, en definitiva, de una técnica de detección de calidad interna, con mucho futuro y grandes posibilidades para la agricultura. Sobre todo, se utilizará como complemento con otros factores de calidad a fin de que la fruta de la Comunidad Valenciana, no sólo tenga buen aspecto, sino que además se pueda garantizar que internamente no tiene defectos, como podrían ser las pepitas.
Generalitat Valenciana