UPA-Andalucía ha calificado de desastrosa la presente campaña de la remolacha, que concluirá el próximo viernes 20 de agosto. La producción que ha descendido en un 30% está causando graves pérdidas a los agricultores que han trabajado alrededor de 60 días en la recolección del cultivo.
UPA-Andalucía estima que se han recogido unas 400.000 toneladas, un descenso importante con respecto a la primera estimación de 600.000 toneladas, propiciado por las intensas lluvias e inundaciones que ha sufrido el cultivo durante el invierno, además de la aprobación de la OCM del azúcar, donde el sector se ha visto profundamente afectado, por las consecuencias de esta fuerte reestructuración.
Según UPA-Andalucía, la superficie de remolacha en Andalucía es de 10.200 hectáreas, de las que solo se han cultivado 8.000 hectáreas, por las inclemencias meteorológicas del pasado invierno. Además desde UPA-Andalucía se calcula que de la producción total de 400.000 toneladas, 300.000 se han cultivado en Sevilla y 100.000 en Cádiz, convirtiéndose estas dos provincias andaluzas en las principales productoras de remolacha en la región.
De este modo, tras la conclusión de la campaña el total de ingresos se situará en 40 euros por tonelada de remolacha, con todas las ayudas incluidas. No hay que olvidar que la nueva OCM del Azúcar ha propiciado un importante descenso en el precio puesto que antes de la misma, los remolacheros cobraban 48 euros, sin contabilizar los percibidos por las ayudas. El Responsable de la remolacha de UPA-Andalucía, Juan Sánchez, insiste en que la actual campaña ha sido “un desastre para los agricultores, ya que se ha basado en los altos descuentos y en los bajos precios”. “La calidad no se corresponde con los precios tan bajos que las industrias pagan a los agricultores”, manifiesta el representante de UPA-Andalucía. Por ello insta a las administraciones competentes a que adquieran un compromiso con el sector para que la producción no siga descendiendo y se mantenga la viabilidad de las explotaciones con unos márgenes de rentabilidad adecuados para los agricultores.
“Hay que luchar para garantizar el futuro de este cultivo ya que son muchas las familias del Bajo Guadalquivir que viven de él y muchos los puestos de trabajo”. De este modo, Juan Sánchez recuerda que de este sector dependen unos 1.800 puestos de trabajo, y genera más de 150.000 jornales.
UPA-Andalucía