Día mundial de la mujer rural trabajadora

Las mujeres rurales, las mujeres agricultoras y ganaderas, viven cada día una doble jornada de trabajo: la del campo y la de la casa, siendo el reparto de responsabilidades domésticas algo que aún, en el medio rural, está por llegar. En algunos ámbitos la participación social de la mujer rural es escasa o prácticamente nula en general, y en las entidades socioeconómicas del sector, en particular, (Cooperativas, Comunidades de Regantes, Organizaciones Agrarias). Para las mujeres de UPA sin duda, una de las razones que explican esta escasa presencia y participación, es el trabajo en casa a realizar después de la jornada en el campo y las cargas familiares que las mujeres asumen casi en exclusividad desde hace mucho tiempo.

Por eso, UPA se suma a la celebración del 8 de marzo, por que queremos compartir, queremos una Sociedad compartida, queremos un reparto igualitario del tiempo, queremos igualdad de convivencia, queremos la igualdad real.

UPA lleva varias semanas preparando en todo el territorio nacional una gran movilización para el próximo 23 de marzo. Reclamamos «tener una vida digna» y nuestras reivindicaciones son muchas: modular las ayudas, crear un Estatuto del Agricultor/a y Ganadero/a, mejorar los precios de los distintos productos, ayudas directas para desarrollo rural… En definitiva, el 23 de marzo los hombres y las mujeres de UPA llenaremos las calles de Madrid reclamando la defensa y protección de la agricultura familiar.

Y en la agricultura familiar, nadie puede dudar del importante papel que la mujer juega aportando su doble jornada de trabajo en la explotación y en el ámbito del hogar. Un trabajo, en la inmensa mayoría de los casos, no reconocido, ni valorado, ni protegido socialmente, ni siquiera recogido en las estadísticas.

A las mujeres del medio rural, las mujeres de UPA, nos sobran motivos para celebrar el día 8 de marzo reivindicando una sociedad compartida e igualitaria. A las mujeres del medio rural, las mujeres de UPA, nos sobran motivos para asistir sin reservas y participar en la gran movilización del 23 de marzo en Madrid. La modulación como instrumento de desarrollo de nuestro entorno rural y la mejora de la agricultura familiar, no pueden prescindir de la consideración de nuestra situación, de nuestras necesidades, de nuestros problemas.

Es ocasión propicia para salir de la invisibilidad, para romper con la inercia de un trabajo callado y exigir que se valore y proteja debidamente, que se reconozcan nuestros derechos laborales individuales originados por el trabajo que aportamos a la sociedad en la que vivimos.

UPA

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