Las técnicas de protección de los cultivos, en este caso de los cítricos, se basan actualmente en el uso conjunto de diversos métodos de control de las poblaciones de las plagas, favoreciendo el empleo de plaguicidas menos agresivos con el medio ambiente y el desarrollo de los enemigos naturales de las mismas. En este sentido, cabe destacar el impulso que desde la conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación se está dando a los métodos de lucha biológica, especialmente al uso de machos estériles.
No obstante, con el fin de contar con estrategias de control integrado que reduzcan las poblaciones de la Ceratitis capitata por debajo de los umbrales de tolerancia, además de estos métodos, la Conselleria lleva a cabo en momentos de mayor sensibilidad, tratamientos aéreos.
Al mismo tiempo, recomienda a los agricultores complementar esta actuación con tratamientos terrestres completos, que consisten en la pulverización de la totalidad del árbol y que se aplican en las variedades de maduración precoz, y con los tratamientos de cebo, que consisten en pulverizar el insecticida y el atrayente alimenticio sólo sobre las partes más soleadas del árbol, de manera que en lugar de intentar alcanzar con el producto al insecto objetivo, se pretende atraer con un cebo al insecto para que éste entre en contacto con la sustancia insecticida.
Los tratamientos cebo presentan muchas ventajas frente a los convencionales: son menos contaminantes, son más respetuosos con la fauna útil y no dejan apenas residuos insecticidas en la fruta. Sin embargo, la maquinaria convencional para tratamientos fitosanitarios (turboatomizadores y pistolas) no ha sido diseñada para aplicar este tipo de productos, pues en los tratamientos convencionales se utilizan volúmenes de caldo mucho más elevados con gotas de muy pequeño tamaño.
Por este motivo, la máquina diseñada por los investigadores del IVIA tiene como objetivo mejorar los métodos de aplicación de los productos fitosanitarios de cebo, evitando la pérdida de producto y logrando una mayor precisión en la aplicación de los productos fitosanitarios, lo que permitirá extender este tipo de tratamiento terrestre en vez del tradicional pulverizado a la totalidad del árbol, reduciendo considerablemente la presencia de insecticidas sin mermar la efectividad de los tratamientos contra la mosca de la fruta.
Para evaluar el funcionamiento de este equipo, el IVIA está realizando con éxito desde el mes de agosto tratamientos semanales contra la Ceratitis capitata en condiciones reales de campo. Los ensayos realizados han permitido demostrar la fiabilidad del prototipo desarrollado y su adaptación a diferentes marcos de plantación y densidades de vegetación, así como su efectividad contra esta plaga, por lo que se espera pueda incrementarse la superficie de uso en próximas campañas.
Funcionamiento de la maquina
La máquina, montada sobre un equipo pulverizador convencional, realiza de modo totalmente automático un tratamiento intermitente, dejando el cebo con el insecticida tan solo en las zonas en las que es necesario, por lo que no se desperdicia el producto. Consta de un circuito hidráulico, gestionado por una electroválvula, que regula la salida del líquido de tratamiento.
Además, dispone de un caudalímetro que monitoriza el volumen aplicado y una boquilla que permite generar gotas de gran tamaño, que es la forma adecuada de pulverización para que el producto permanezca un tiempo adecuado en el campo, lo que asegure el poder atrayente del cebo y la persistencia de la acción insecticida.
El funcionamiento del equipo se programa con un mando electrónico basado en un microcontrolador y permite al usuario configurar diferentes opciones de programa para conseguir el volumen deseado en función de la continuidad del follaje de su plantación.
Así, por ejemplo, si en la parcela que se realiza el tratamiento las copas de los árboles están separadas, el equipo, mediante un sensor de ultrasonidos, evita realizar el tratamiento en donde no hay vegetación. También permite la opción de depositar el producto en todos los árboles, o de seleccionar automáticamente uno de cada dos o de cada tres árboles, ya que si el cebo es suficientemente potente, no es necesario esparcirlo en todo el campo.
Además, si el huerto es tupido y no hay separación entre las copas de los árboles, la vegetación se presenta de modo continuo, por lo que simplemente se emplea un sistema temporizador, de modo que se aplica el tratamiento cada cierto tiempo, a medida que el tractor discurre por la calle de árboles.
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