En este sentido, se señala como elemento fundamental trabajar en una reordenación del espacio agrario en la que será necesaria la reubicación de algunas parcelas, allí donde sea posible asegurar el suministro de agua. Así como el desarrollo y creación de corredores ecológicos que favorezcan el equilibrio posible entre la conservación y el desarrollo socieconómico. Paralelas a estas actuaciones se deben acometer las mejoras de los caminos rurales.
En definitiva, el objetivo de este Pacto debe ser garantizar la actividad de un sector imprescindible del territorio como es el agrícola, favoreciendo su adaptación al medio, garantizando agua para el sector y orientando el mismo hacia prácticas ecológicas y sostenibles, así como hacia la ecoeficiencia en los sistemas de regadíos.
Desde Doñana 21 se entiende que estamos en un momento clave para definir el futuro del territorio, que existen espacios para el debate y la búsqueda del consenso en el seno del II Plan de Desarrollo Sostenible, y que supone una importante oportunidad para que el sector apueste decisivamente por un modelo de agricultura sostenible y en plena consonancia con el territorio y con las exigencias de calidad y respeto medioambiental de los mercados nacionales e internacionales.
Doñana 21