En pepino se ha incrementado la aplicación de la lucha biológica, que pasa del 26% al 65% de las explotaciones mientras que en berenjena el porcentaje ha aumentado del 42% al 67% y en calabacín del 21% al 40%.
En tomate, la aplicación del control biológico se ha quedado más o menos estable –alrededor del 21%– por «temor», apunta Coexphal, «a problemas» con la polilla del tomate (Tuta absoluta) que ya causó «importantes daños al final del pasado ciclo de cultivo.
Los técnicos del Departamento del Control de Plagas ha constatado, asimismo, «el abandono» del uso de insecticidas de amplio espectro «está dando lugar a la aparición de plagas que, hasta hace poco, no tenían importancia».
Entre estas, destacan dos especies de chinches verdes –Nezara viridula (‘chinche apestosa’, o ‘panderola’) y Creontiades pallidus, una cochinilla algodonosa y el falso gusano de alambre (Creontiades pallidus).
Este último, según detallan, ha mostrado «un aumento importante de su presencia al llegar al 43% de los invernaderos de pimiento, lo que ha provocado un daño apreciable en el 10% de las explotaciones.
Las cochinillas, que tenían una «presencia anecdótica» en la campaña pasada, han estado presentes en el 13% de las fincas de pimiento, de las que una de cada cuatro ha sufrido pérdidas. El falso gusano de alambre sigue presente sobre todo en las fincas de Dalías-Berja pero también se ha detectado cada vez más en otras zonas del Poniente de la provincia.
Europa Press