Nota de INVAC
Según un estudio de mercado realizado por la Interprofesional de la Carne de Vacuno Autóctono de Calidad (INVAC), el 75% de los madrileños conoce la obligación legal de que las carnes comercializadas cuenten con un etiquetado que permite tener acceso a una completa información sobre el producto y saber quién es su responsable. El porcentaje restante no está al corriente de la necesaria trazabilidad de este alimento, que supone un eficaz sistema de control y fuente fidedigna de información sobre los movimientos que realiza la carne desde la explotación hasta el comercio.
Según Óscar Mozún, Director de INVAC “realizamos este estudio ya que queríamos conocer el grado de conocimiento de los consumidores españoles en cuanto la trazabilidad y hemos comprobado que hay un interés creciente en relación con la “rastreabilidad” obligatoria de los alimentos y la seguridad alimentaria. Además, desde la Interprofesional, realizamos acciones informativas e investigaciones con la finalidad de que los consumidores tengan más opciones de conocer su derecho a sentirse informados a la hora de adquirir un alimento, que les de garantías y les permita, además de consumirlo, disfrutarlo”.
Otro de los datos significativos que se han puesto de manifiesto al realizar el estudio es que, entre toda la información que el consumidor puede conocer con el etiquetado, los madrileños otorgan especial importancia a la fecha de consumo, el tipo de alimentación y el lugar de nacimiento de los animales, con porcentajes situados entre el 35 y el 45%, muy por encima de otros datos incluidos en las etiquetas de la carne como categoría comercial, tipo de pieza, lugar de sacrificio o edad del sacrificio, por debajo del 20% en el baremo de importancia.
La trazabilidad en la carne de vacuno
La trazabilidad en la carne de vacuno significa que cada eslabón de la cadena alimentaria puede seguir la pista de este alimento y conocer tanto el antes como el después por el que transitará la carne. Ofrece, por tanto, una mayor información y exige la aplicación de un eficaz sistema de identificación del producto desde su producción hasta su comercialización. El etiquetado de la carne de vacuno permite conocer de qué ternero procede la carne, dónde se crió y qué alimentación recibió, además de en qué matadero fue sacrificado, qué entidad es la responsable de su comercialización y el establecimiento en el que se vendió.
El término “trazabilidad”, sin embargo, todavía es bastante desconocido para los consumidores españoles aunque cada vez resulta más familiar por dos motivos: por la exigencia por parte de la Unión Europea e implantación en los Estados Miembros y, por otra, porque el consumidor ve incrementadas las garantías en el ámbito de la seguridad alimentaria.
Carnes con certificado de calidad
Las carnes con sello de calidad de Indicación Geográfica Protegida o amparadas bajo una Marca de Garantía, como aquellas integradas en INVAC, ofrecen una mayor información al consumidor debido a los sistemas propios de control de calidad a los que son sometidas.
En el estudio, también se ha preguntado a los madrileños acerca de su percepción de estos sellos distintivos. El 41,5% de los consumidores madrileños relaciona estas certificaciones de calidad con carnes que están más controladas, frente al 22,5% que cree que esta carne tiene un precio mayor, el 18,5% que opina que es una carne distinta por sus características y el 17,5% que aduce que es una carne de animales criados en condiciones especiales. Además, cerca del 50% de los encuestados se manifiesta partidario de considerar este certificado como imprescindible.
Desde INVAC se seguirán desarrollando acciones para mostrar al consumidor que estos sistemas de control de calidad propios, sumados a los requeridos por la Ley, ofertan alientos que brindan unas garantías de calidad muy específicas, además que a través de dichos sistemas de certificación, el etiquetado que se aporta al consumidor es aún mayor.
INVAC