Las personas pobres sufren a diario el impacto del alza de los precios de los alimentos, en especial en las zonas urbanas y en los países de ingreso bajo”, sostuvo el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick. “En algunos países, es probable que se reviertan los logros en la reducción de la pobreza que tanto costó conseguir. Como miembros de la comunidad internacional, debemos organizarnos no sólo para ofrecer asistencia inmediata, sino también para ayudar a los países a identificar las actividades y políticas adecuadas para reducir el impacto sobre los sectores más vulnerables del mundo”.
Según el informe titulado Rising Food Prices: Policy Options and World Bank Response (Aumento del precio de los alimentos: Opciones en materia de políticas y respuesta del Banco Mundial), los aumentos en los precios internacionales del trigo alcanzaron el 181% durante el período de 36 meses que concluyó en febrero de 2008. Se espera que los precios de los cultivos alimentarios se mantengan elevados durante 2008 y 2009 y luego comiencen a descender, pero es probable que la mayoría de estos cultivos permanezcan hasta 2015 en niveles muy superiores a los de 2004.
Como se indica en la nota sobre políticas, si bien probablemente los hogares que son productores netos se beneficien con estos incrementos, el alza de precios de los alimentos básicos agravará la pobreza en varios países. En efecto, en numerosos países y regiones donde los avances en la reducción de la pobreza han sido dificultosos, el impacto de este incremento de precios de los alimentos pone en riesgo los logros obtenidos durante los últimos cinco a 10 años, al menos en el corto plazo. Por ejemplo, en el caso del Yemen, las estimaciones muestran que la duplicación del precio del trigo registrada el último año podría anular los avances logrados entre 1998 y 2005 en términos de reducción de la pobreza.
“Los pobres no sólo enfrentan precios más elevados en los alimentos, sino también aumento de los costos de la energía, y eso genera una combinación preocupante”, señaló Danny Leipziger, vicepresidente de la Red sobre Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Grupo del Banco Mundial. “Es urgente elaborar respuestas para proteger a los pobres de la suba de los precios de los alimentos. Esas respuestas deben estar diseñadas de modo que promuevan el incremento de la producción agrícola en el largo plazo”.
Según el informe, el aumento de la producción de biocombustibles ha contribuido al alza de precios de los alimentos. La preocupación por los precios del petróleo, la seguridad energética y el cambio climático han impulsado a los gobiernos a incrementar la producción y el uso de biocombustibles, lo que condujo a una mayor demanda de materias primas entre las que figuran: trigo, soja, maíz y aceite de palma. El incremento de los precios de los alimentos también se vincula con el aumento de los precios de la energía y los fertilizantes, la debilidad del dólar y las prohibiciones de las exportaciones.
En el informe se indica que muchos gobiernos ya están tomando medidas. Algunos amplían sus redes de protección social específicas, como los programas de transferencia de efectivo destinados a grupos vulnerables, programas de alimentos por trabajo o distribución de asistencia alimentaria de emergencia. Diversos países han reducido los aranceles y otros impuestos de productos básicos clave a fin de brindar cierto alivio a los consumidores. Por el contrario, otros países han prohibido determinadas exportaciones, lo que perjudica a los importadores de alimentos y reduce los incentivos a la producción.
De acuerdo con el informe, es esencial adoptar medidas que procuren estimular la oferta de cereales alimentarios en el mediano plazo y que contemplen el fortalecimiento de la infraestructura básica (transporte, energía y riego) y la inversión en tecnología para el sector agrícola. El Grupo del Banco Mundial ayuda a los países a través las siguientes iniciativas:
- Hace un llamamiento a la comunidad internacional para suplir el déficit de US$500 millones en alimentos que, según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, se requieren para satisfacer las necesidades urgentes.
- Convierte a la agricultura en una prioridad. El Banco ha anunciado que durante el ejercicio de 2009 duplicará el financiamiento destinado al sector agrícola de África, que pasará de US$400 millones a US$800 millones.
- Incrementa el apoyo financiero a las necesidades de corto plazo (reestructurando los proyectos existentes e incrementando el monto de los futuros préstamos o donaciones cuando sea necesario).
- Amplía y mejora el acceso a los programas de protección social, como las transferencias de efectivo, y a los instrumentos de gestión de riesgo a fin de proteger a los pobres.
- Aporta información al debate sobre biocombustibles.
- Divulga los impactos negativos de políticas tales como la prohibición de exportar, que provoca suba de precios en los países importadores, y de los aranceles y subsidios elevados en el mundo desarrollado.
La semana pasada, el Sr. Zoellick convocó a un Nuevo acuerdo para la política alimentaria mundial a fin de centrar la atención no sólo en el hambre y la malnutrición, el acceso a los alimentos y su suministro, sino también en las interconexiones con la energía, los rendimientos, el cambio climático, la inversión y la marginación de las mujeres.
Banco Mundial