La publicación, que en su segunda edición recoge por primera vez los datos climáticos de 1943 a 2008 a través de un sistema de observación marino único en España y pionero en Europa, confirma que el Mediterráneo se está calentando. También se incrementa su salinidad, y se acelera el aumento del nivel del mar, que desde el siglo XIX ya ha subido de 20 centímetros.
Sin embargo, “durante los últimos tres años que se han añadido al estudio (de 2005 a 2008) el aumento de las temperaturas ha sido más suave que a finales del siglo XX, cuando las temperaturas del mar subieron una barbaridad”, señala Vargas Yáñez, quien insiste en la necesidad de estudiar series de datos largas para demostrar el impacto del cambio climático en el Mediterráneo.
Según el libro, presentado hoy en Málaga por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el IEO con motivo del tercer aniversario de SINC, los cambios que se producen en las temperaturas no sólo se deben a los efectos del cambio climático, sino también a cambios atmosféricos naturales y “normales”. “Son cambios que siempre van a ocurrir; la atmósfera y los océanos son sistemas caóticos”manifiesta el experto.
Lo que el ser humano ya no puede evitar
En la capa superficial del mar la temperatura ha subido a lo largo del siglo XX a un nivel similar al del aire, es decir de unos 0,7 ó 0,8ºC. “Vamos a un ritmo de ascenso de casi un grado por siglo pero no se puede extrapolar para el siglo XXI, porque depende de lo que hagan los seres humanos y no responde sólo a las leyes de la naturaleza”, concreta Vargas-Yáñez.
Aún en el caso de que los humanos emitan menos CO2 a la atmósfera durante este siglo, los países emergentes reduzcan sus emisiones, y la quema de combustibles fósiles baje y se promuevan las economías verdes, “a corto plazo, las temperaturas seguirán ascendiendo”, zanja el científico.
“El clima de la Tierra tiene una cierta inercia. Aunque ahora mismo descendiéramos las emisiones de gases de efectos invernadero a los niveles de los años 90, durante los próximos 30 años el incremento de temperaturas y el del nivel del mar seguirían al mismo ritmo que si no se hiciera nada”, apunta el físico, quien añade, no obstante, que “el futuro está por escribirse, aún podemos arreglarlo”.
Vargas Yáñez y su equipo pretenden continuar con la actualización año tras año de los datos climáticos en el Mediterráneo, y consolidar así el sistema de observación y monitorización. El siguiente paso será presentar un informe similar, pero “más multidisciplinar” y que incluya el estudio del impacto del cambio climático en los ecosistemas del Mediterráneo.
El IEO ha contando para la segunda edición del libro con la colaboración del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC), el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Universidad de las Islas Baleares-CSIC), la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), y Puertos del Estado.
SINC