La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) constata que este escenario mundial no está teniendo su fiel reflejo en el campo valenciano. Los primeros tratos de la campaña se han cerrado con cotizaciones en origen que, si bien suponen una mínima mejoría respecto al ejercicio anterior, en absoluto cubren unos costes de producción en constante aumento.
Aunque la producción mundial de arroz alcanza un volumen récord –superando en un 2,5% la cosecha de 2010– las cotizaciones no cesan de subir debido a varias causas. Por un lado, grandes potencias productoras de arroz como Tailandia han aplicado una política de incentivos al cereal local, consistente en comprar a los campesinos por encima de los precios del mercado, con el fin de garantizar ante todo el abastecimiento a su población. Por otro lado, los importadores buscan otras procedencias con menores volúmenes, lo que está estimulando alzas de precios en todos los mercados, incluido el europeo. Esta tendencia se está consolidando y, lejos de remitir, encuentra su eco en la Bolsa de Futuros de Chicago que augura un nuevo incremento del 10% en un mes.
Pese a esta coyuntura favorable, en L’Albufera y el marjal Pego-Oliva los precios en campo apenas han repuntado a los niveles registrados en otras latitudes. Tampoco está contribuyendo a mejorar las cotizaciones un factor tan decisivo como es el apreciable descenso de la cosecha en la mayoría de variedades, excepto el Bomba, debido al clima irregular del verano. Los productores corren así el riesgo de acumular pérdidas por tercera campaña consecutiva. Según un estudio técnico de AVA-ASAJA, los costes de producción se han disparado un 40% en las seis últimas temporadas debido al encarecimiento del gasoil, la electricidad y los tratamientos. Solo las compensaciones europeas que reciben los arroceros por respetar una serie de condiciones medioambientales en el parque natural hacen posible la viabilidad del cultivo.
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