«La ciudad tiene un privilegiado jardín natural que son sus huertas, es una herencia que debemos cuidar y que debemos mantener para poder, no sólo tener una fortaleza económica de un sector histórico, sino también preservar el medio ambiente de la ciudad», dijo.
Según Fabra, «cada naranjo, cada árbol que nuestra agricultura cultiva consume al año 6 kilos de CO2, eso supone que, con las hanegadas de huerta que tenemos, si están todas en producción, se consumirían 15 toneladas de CO2 y eso hemos de protegerlo y defenderlo», dijo el alcalde.
Por ese motivo, para el ejercicio 2010, se pone en marcha una orden de subvenciones que «premiará» a aquellos propietarios que tengan sus fincas en producción, «da igual el cultivo que se realice, naranjos, hortalizas, olivos, almendros, lo importante es que esas tierras estén cuidadas y sigan aportando a esta ciudad un beneficio ambiental», apuntó Alberto Fabra.
El primer edil señaló que «las ayudas serán de 3 euros por cada fanega de tierra, lo que supone casi el 60% de lo que el agricultor paga de IBI rústico. «Sabemos que no es mucho para un agricultor, pero en total va a suponer una ayuda al sector agrario de 300.000 euros», añadió.
Europa Press