El Cabildo de Tenerife ha aprobado la concesión de una serie de subvenciones de carácter agrícola por un importe que supera los 322.000 euros. La partida prevista para la elaboración de productos alimentarios de carácter local supera los 290.600 euros, mientras que la cantidad destinada a la mejora de infraestructuras colectivas asciende a 32.000 euros.
El vicepresidente de la corporación y consejero de Aguas y Agricultura, Alonso Arroyo, señala que «las aportaciones tratan de incrementar las rentas de la población agraria de Tenerife, sobre todo en las zonas de medianía. La mejora de la calidad de los productos que se procesan en las instalaciones permitirá potenciar el mercado interior y resolver los problemas de almacenamiento, conservación y tipificación de los alimentos. De esta forma se facilitará la venta directa por parte de los agricultores».
Con esta iniciativa se trata de contribuir a la financiación de instalaciones que permitan el almacenamiento y conservación de los productos y la adquisición de maquinaria para su tratamiento, así como la mejora de los emplazamientos destinados al mercado interior, a través de los mercadillos del agricultor o bien de manera independiente.
Las explotaciones dedicadas a la elaboración de productos como el queso, conservas vegetales, repostería y panadería artesanal, gofio, licores o aguardientes, turrones o condimentos, como mojos o salsas, figuran entre las que podrán acceder este tipo de ayudas. «En la mayoría de los casos, se trata de pequeñas industrias que utilizan métodos de elaboración artesanal y que suelen ser de carácter familiar. Todas ellas contribuyen a conservar los oficios tradicionales y favorecen el mantenimiento y creación de empleo en un entorno tan complejo como es el rural”, añade Arroyo.
En cuanto a la mejora de infraestructuras rurales de carácter colectivo, se trata de estimular la participación de agricultores y ganaderos en la puesta en marcha de acciones comunes que permitan una mejor utilización de sus recursos. Asimismo, el vicepresidente indica que «las aportaciones económicas deben entenderse como un medio para demostrar la importancia que supone desarrollar actividades conjuntas y así permitir la mejora de la calidad de vida de las familias en el medio rural».
Entre las actividades que podrán acogerse a estas ayudas destacan los procesos de producción, transformación y comercialización de productos, la puesta en marcha de servicios comunes a las explotaciones agrarias, mejora y construcción de infraestructuras rurales y el abastecimiento de insumos para estas fincas.
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