“El potencial de rendimiento de los cultivos podría aumentar en latitudes altas en caso de incremento de la temperatura media mundial de entre 1 y 3 grados centígrados, para luego disminuir si el aumento es mayor”, aseguró Diouf. “Por el contrario, en latitudes más bajas, en especial en el trópico seco, el potencial de rendimiento puede disminuir incluso con ligeros aumentos de temperatura media, lo que incrementará la amenaza del hambre”.
Una mayor frecuencia de sequías e inundaciones afectará negativamente a la producción local, en especial a los agricultores de subsistencia de las latitudes bajas, añadió. Diouf.
“La agricultura de secano en zonas marginales de regiones semiáridas y subhúmedas se encuentra amenazada en su mayor parte”, explicó. “India podría perder 125 millones de toneladas de cereales de secano, un 18 por ciento de su producción total».
El impacto del cambio climático en los bosques -y en la población que depende de ellos- ya se ha hecho evidente en el incremento de incendios forestales y de plagas y enfermedades. Un gran número de ecosistemas deberá adaptarse al cambio climático, incluyendo los agro-ecosistemas (cultivos, ganado y pastos), los bosques y las zonas forestales, las aguas interiores y los ecosistemas costeros y marinos, según Diouf.
Nuevas biotecnologías
La ciencia y la tecnología deben orientar la producción agrícola durante los próximos 30 años a un ritmo más rápido del que lo hizo la Revolución Verde durante las tres últimas décadas, aseguró Diouf.
“Explotar las nuevas tecnologías, incluyendo en particular el cultivo in vitro, la transferencia de embriones y el uso de marcadores DNA puede complementar los métodos convencionales de mejoramiento genético y mejorar así el rendimiento agrícola, aumentar el uso eficiente de recursos, reducir los riesgos y mejorar la calidad nutricional”, añadió.
Al mismo tiempo, el responsable de la FAO advirtió que la mayoría de los cultivos genéticamente modificados que existen hoy se han desarrollado para tolerar bien los herbicidas y ser resistentes a las plagas, y no para tener características que los hagan atractivos para los campesinos pobres, especialmente en el contexto del cambio climático: resistencia frente a la sequía, las temperaturas extremas, la acidez del suelo o la salinidad..
“Nunca insistiré lo suficiente sobre la necesidad de atender también las necesidades de los agricultores sin recursos en las áreas de secano y las tierras marginales”, señaló Diouf. “Asegurar que las nuevas biotecnologías nos ayudan a alcanzar este objetivo, siendo plenamente conscientes de los problemas de bioseguridad, socioeconómicos y éticos asociados a su uso, continúa siendo un desafío para toda la comunidad científica”.
Aciertos y errores en India
Al recordar que el tema del Día Mundial de la Alimentación (15 de octubre) de este año es “El Derecho a la alimentación”, Diouf elogió a la India por su papel pionero y ejemplar a la hora de implementar este derecho con la contribución de todos los sectores de la sociedad.
En particular destacó el programa conocido como Servicios de desarrollo integral infantil (ICDS, por sus siglas en inglés), que proporciona a millones de madres y sus hijos educación sanitaria, de nutrición y de higiene, educación preescolar, alimentación suplementaria, control y ayuda al crecimiento, a la vez que se asocia con servicios de atención primaria como son la vacunación y los suplementos de Vitamina A.
El Director General alabó igualmente a las autoridades indias por su programa nacional de Almuerzo a Mediodía, que proporciona una comida gratuita a los escolares, y su campaña contra la pobreza rural a través de iniciativas como el National Rural Employment Guarantee Act.
Pero a pesar de estos éxitos, Diouf recordó la existencia de diversos problemas por resolver:
“La impresionante historia de éxito del desarrollo económico de la India y su emergencia como gran potencia también se enfrenta a un cuadro pesimista, ya que una parte importante de su población tiene todavía que beneficiarse de los dinámicos cambios que experimenta el país”, dijo al citar estadísticas de la Encuesta nacional india de salud familiar que indican como el 40 por ciento de los adultos en todo el país están por debajo de su peso y que el 79 por ciento de los niños de entre tres meses y tres años sufren de algún tipo de anemia.
“Ninguna región de la India está libre de las enfermedades causadas por la falta de yodo, y la carencia de vitamina A continúa todavía siendo un problema de salud pública entre los niños en edad preescolar. En un país con 348 millones de niños menores de 14 años, se trata de niveles alarmantes de malnutrición infantil”, concluyó.
FAO