El campo granadino se resiente por la sequía y las heladas

helada

No se puede hablar técnicamente de sequía hidrológica puesto que los embalses en nuestra provincia están a un 66% de su capacidad máxima y la situación se considera dentro de parámetros de normalidad. Pero desde el mes de diciembre hasta el día de hoy el agua embalsada ha mermado un 10% a causa de la escasez de precipitaciones durante los meses de invierno (diciembre, enero y febrero) y el campo granadino sí se resiente por ello, al igual que por las temperaturas bajo cero registradas, que han tenido como tónica -7ºC llegando incluso a -12Cº.

Se observan daños en las plantas de los olivos por deshidratación que se pueden traducir en pérdidas del 35% de la futura producción de aceite 2011-2012 si, como es previsible, hay que hacer podas severas para recuperar la masa foliar del olivo. Habrá, además que reponer 200.000 olivos entre 1 a 10 años, los menos resistentes, un 20% del total. Los perjuicios económicos se pueden estimar en 72.000.000 de euros (calculados por la merma en la cosecha de 40.000 toneladas de aceite) a lo que se sumarían 750.000 euros por la reposición de los olivos jóvenes que puedan dañarse. Una cifra total de 72.750.000 euros, que podría duplicarse de no llover copiosamente en los próximos quince a veinte días. Se eliminarían, además, 1.300.000 jornales en la próxima recolección. Los herbáceos en secano (cereales, leguminosas, proteaginosas y oleaginosas) salen también muy mal parados con este inusual clima seco y extremas temperaturas. La producción final para esta campaña, estimada en 66.080.000 toneladas, puede quedar reducida a la mitad lo que supone una disminución en su valor total de 21.550.000 de euros. Puede llegar a catástrofe completa, el 100% de pérdidas, si en el plazo de quince días no cae agua en cantidad. Es también visible el deterioro en los cultivos hortícolas bajo plástico como pepino, pimiento, tomate cherry y en cultivos hortícolas al aire libre como judía, alcachofa, lechuga y patata que, como mal menor, pueden perder una o dos flores. La producción podría verse reducida por este motivo un 30%. Los cultivos subtropicales como el chirimoyo, pendiente de recolección se pueden llevar la peor parte.

La ganadería resulta fuertemente castigada ante la falta de pastos, completamente arrasados, lo que supone mantener encerrados a los animales y alimentarlos con piensos. Los ganaderos ven como día a día sus gastos aumentan por animal y día, con sobrecostes que superan los 50.000.000 de euros para las explotaciones de ovino y caprino y vacuno en la provincia de Granada, acarreándoles graves problemas de financiación.

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