La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama la rápida reapertura del matadero de la ciudad de Alicante que fue clausurado por las autoridades en julio. La situación generada desde entonces por la falta de una alternativa y la intensificación de la actividad una vez concluido el periodo estival, han agravado los problemas de saturación que desde un primer momento comenzó a sufrir el único matadero a maquila que ha quedado en la provincia, el de Orihuela. Sus propietarios, aprovechando la situación de monopolio que detentan, han encarecido ahora además los costes de su matanza. “La falta de alternativas dadas por la Administración está abocando a cientos de ganaderos y carniceros de Alicante a asumir un coste disparatado por unos servicios que cada día son peores y de no mediar una reacción, se podría provocar un problema sanitario o de consumo”, advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.
Según las informaciones recabadas por esta organización, a raíz de los problemas ocasionados, el Ayuntamiento de la capital alicantina ya ha ofrecido informalmente a los antiguos gestores del matadero la posibilidad de reabrirlo, en tanto su concesión no expira hasta 2011. De ahí que AVA-ASAJA reclame ahora a la Conselleria de Sanidad, que es la que tiene la última palabra en este asunto, que dé a sus anteriores gestores facilidades para poder retomar su actividad. “Más de 400 ganaderos de toda la provincia de Alicante con cerca de 100.000 cabezas, de poblaciones tan dispares como Benidorm o Crevillent, necesitan ya una salida para poder mantener su actividad porque, de no solventarse pronto el problema, podría resentirse el suministro de carne de porcino, de vacuno y de ovino”, advierte Aguado.
La situación se ha agravado ahora porque a las colas a las puertas del matadero de Orihuela y a las molestias por el mal servicio prestado hay que sumarle un importante incremento de las tarifas por sus trabajos a maquila. En la carta que han dirigido los responsables de este centro a sus clientes para justificar tal subida se apela a la conveniencia de “cuidar” las deterioradas y minúsculas instalaciones existentes “porque si el matadero desapareciera lo tendríamos todos muy crudo”.
Desde que se clausuró el matadero de Alicante, el traslado de las piezas hacia Orihuela ha incrementado los costes del transporte. Asimismo, la mayor exposición de los animales a las altas temperaturas y al hacinamiento, impiden el cumplimiento de las condiciones mínimas de bienestar animal y empeoran la calidad de la canal.
AVA-ASAJA