El COITARM rechaza la implantación del título de grado que propone el Ministerio

Según explica la presidenta de la institución colegial, Irene Guillén Luna, la propuesta presentada por el ministerio supone un “claro agravio comparativo” con el resto de estudios universitarios, ya que, “mientras que para el resto de titulaciones se ha propuesto un titulo generalista de cuatro años más la correspondiente especialización, en el caso de la ingeniería técnica se quiere justo lo contrario”. “Es por ello que todas las ingenierías técnicas nos tenemos que unir para que de este proceso de reforma salga lo mejor para el futuro de la profesión”, sentencia.

De llevarse a cabo esta reforma, la misma supondría una “regresión” con respecto a la situación actual, subraya Guillén Luna, quien apunta que la propuesta que quiere implantar el ministerio “vacía de contenidos el título de Grado, derivando las competencias hacía el título de máster”. Esto, en la práctica, supone una “merma en la formación y competencias del futuro ingeniero de grado”, por debajo, incluso, de las del actual ingeniero técnico, además de que sirve para reforzar el concepto de “ingeniería de clase”, denuncia la presidente del COITARM.

“Esto es algo que la sociedad no puede, ni debe, permitirse”, asegura Guillén Luna, quien defiende que la reforma universitaria debe contemplar, para el caso de las ingenierías técnicas, la “creación de un título generalista, más los máster de especialización y/o doctorados correspondientes, de igual modo que ocurre con el resto de titulaciones”.

Contra el espíritu de Bolonia
Además, la máxima responsable del COITARM denuncia que “la postura del Ministerio atenta contra el espíritu de la Declaración de Bolonia”, ya que esta contemplaba la adopción de un sistema universitario basado, fundamentalmente, en dos ciclos principales. De un lado, el título obtenido al terminar el primer ciclo debía ser relevante en el mercado de trabajo europeo como nivel adecuado de cualificación, mientras que el segundo ciclo llevaría a la obtención de un Máster y/o Doctorado, como ocurre en muchos países europeos.

Además, Guillén Luna apunta la conveniencia de que para esta especialización se tenga en cuenta la actividad y el potencial de cada comunidad autónoma, ofreciendo estudios en consonancia con ello. “Lo lógico es que los ingenieros que se formen en Murcia se especialicen en aquellos ámbitos que más desarrollo tienen en nuestra Región, en la línea de lo que vienen reclaman las industrias murcianas”, apunta.

Guillén Luna apunta que el próximo jueves está prevista la celebración de una reunión entre los presidentes y decanos de los diferentes Colegios de ingenierías técnicas de la Región, con el fin de “abordar de forma común un problema que nos afecta a todos”.

COITARM

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