El Congreso de los Diputados aprobó ayer la ratificación del Protocolo de Kioto por España, con lo que el Gobierno ya dispone de todos los trámites necesarios para poder ratificar ante Naciones Unidas este importante tratado de lucha contra el cambio climático.
Greenpeace ha destacado que la aprobación haya sido por unanimidad de todos los grupos parlamentarios (284 votos todos a favor), algo muy poco frecuente, lo que demuestra que el Protocolo de Kioto es un instrumento imprescindible que hay que poner en marcha con firmeza y urgencia para hacer frente al cambio climático. Tras la votación de hoy, España es el séptimo estado de los 15 de la UE en estar listo para ratificar.
Ahora que el Protocolo de Kioto está listo para ratificar, y ya que el Gobierno ha reconocido que las emisiones españolas están por encima del doble de lo permitido, es urgente decidir qué se va a hacer para cumplir las obligaciones del Protocolo -ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Greenpeace sobre cambio climático.
Greenpeace pide que las medidas a adoptar eviten el uso y abuso de los llamados mecanismos de flexibilidad del Protocolo (como la contabilización de las masas vegetales como sumideros), y se centren en reducir las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, fundamentalmente en los sectores energético y de transportes. Estas medidas deben adoptarse buscando una amplia participación social, incluidas las organizaciones ecologistas, dentro del Consejo Nacional del Clima, que se reunirá por primera vez el próximo 29 de abril.
Por otro lado, el Gobierno español, como presidente de la UE, tiene que asegurar que todos los demás gobiernos europeos estén listos para ratificar juntos el Protocolo de Kioto antes del 1 de junio, y así permitir que pueda entrar en vigor antes de la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo.
No es momento para la complacencia, sino para acelerar el proceso de ratificación y cumplimiento de Kioto por todos los países -ha dicho García Ortega.
Cada uno de los países que se suma a la ratificación de Kioto supone una derrota para la política aislacionista de Bush, que rompió unilateralmente su vinculación con el Protocolo.
Greenpeace