Nota de Anaporc
El control total de posibles brotes de esta enfermedad parasitaria sólo se conseguirá generalizando el análisis de la lengua en los cerdos que se sacrifican y se consumen en casa, ya que la carne comercializada cuenta con controles estrictos, según ha afirmado el delegado provincial de Sanidad de Orense, Juan José Monedero.
Aunque en ninguna normativa que afecta a la higiene o sanidad animal se obliga a realizar el análisis, se recomienda en cambio recurrir a este método, porque han saltado las alarmas tras detectarse un aumento de la presencia de larvas de triquina en jabalíes cazados con permiso en las provincias de interior gallegas, lo que supondría que también podrían estarse extendiendo a los cerdos.
Respecto a ello, el representante del Colegio Oficial de Veterinarios de Orense, Juan José Gómez, ha comentado que se puede hacer una prueba inmediata «con la observación directa en un microscopio específico de la lengua del animal muerto, o un análisis químico que separa la carne de las larvas de triquina, si las hay».
Ambos métodos, según Gómez, son de alta fiabilidad, si bien el primero tiene resultado inmediato «mientras que el segundo puede tardar 48 horas aunque su fiabilidad llega casi al cien por cien».
También Juan José Monedero ha explicado el mecanismo de contagio de la enfermedad y señaló que el cerdo puede infectarse de este parásito «si come una ratón infectado a su vez y, aunque el cerdo no llegue a enfermar, sus músculos guardan las larvas que pasarán a las personas que consuman su carne sin hervir, es decir, chorizos, jamones, lacón y cabeza, ya que todos se ahuman o se salan para su consumo, pero no se cuecen».
Anaporc