El desplome del precio de la chufa se debe al descontrol en la importación para hacer horchata

AVA-ASAJA advierte que el desplome del 40% registrado se debe, fundamentalmente, al des control en la importación de chufa. “El único cultivo que estaba man te niendo viva la huerta de Valencia ha caído también, pero su hundimiento era previsible. Si hoy tenemos pro blemas de excesos es porque durante todos estos años se ha si do de ma sia do permisivo con la chufa foránea”, de nuncia el pre sidente de esta organización agraria, Cristóbal Aguado, quien además advierte que si esta tendencia no se frena “el siguiente producto en caer en desgracia será la propia horchata”.

Durante los últimos años AVA-ASAJA ha venido reclamando al Ministerio de Eco no mía y Hacienda con tanta insistencia como poco éxito que fijara un código arancelario para la chufa foránea. La inexistencia de este código impide a Aduanas, de hecho, controlar el to ne laje de este tubérculo que es importado por las industrias horchateras procedente de zo nas como Mali, Nigeria o Níger. Partidas que, pese a no tener datos oficiales, es evidente que han ido en aumento en los últimos años hasta convertirse en algo ya masivo. A juicio de AVA-ASAJA, a este pro ceso contribuyó el propio consejo regulador de la De no mi na ción de Ori gen ‘Chu fa de Valencia’ que de forma mayoritaria accedió a que las empresas trans for ma doras miembro pudieran mantener una doble línea de producción de horchata, con chufa lo cal pe ro también con chufa africana. En este sentido, la organización agraria recuerda que, en su momento, fue la única que se opuso a aprobar tal tipo de medidas.

El tubérculo africano es mucho más barato que el local pero también es de peor calidad, con un porcentaje de almidón mucho más bajo y en pocas ocasiones ofrece las ga rantías necesarias en cuanto a trazabilidad o seguridad alimentaria. “La horchata va len ciana, sea industrial o artesanal, sólo se entiende si es con pro ducto procedente de las tie rras de L’Horta Nord”, explica Aguado quien denuncia que la “triste realidad es que, bajo el am paro del sello de la DO o sin él, por ofrecerla unos pocos céntimos más barata, cada vez hay más horchata que no merecería ser califica da de valenciana y casi estoy por decir que no merecería tampoco ser nombrada como hor chata”.

AVA-ASAJA atribuye también los problemas de excesos que hoy padece el sector a la falta de apoyo de la gran distribución, que cada vez está dando más la espalda a la horchata industrial con sello del citado consejo regulador. “Pese a no tener ni el sello ni los controles de calidad de la DO, hay marcas que usan en sus tetabricks los iconos de la huerta valenciana, de las barracas o de las falleras y se aprovechan con ello de una imagen que a todos nos cos tó mucho de conseguir y que desde hace años que se está de gra dan do”, concluye Aguado.

AVA-ASAJA

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