El dragado del Guadalquivir no puede hacerse a cualquier precio, según la Federación de Arroceros

La Federación de Arroceros de Sevilla presenta en la Delegación del Gobierno en Andalucía las alegaciones al informe de impacto ambiental del dragado del Guadalquivir sometido por segunda vez a exposición pública después de que la titular del Ministerio de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, obligara a la Autoridad Portuaria, promotora de la obra, a una mejora y rectificación del proyecto porque adolecía de “contradicciones y falta de información”. Las alegaciones se presentarán, además, en el Ministerio de Medio Ambiente, en Agricultura y Pesca, Fomento y en la Comisión Europea.
Los arroceros reiteran que no se oponen a la modernización de los accesos al Puerto, pero sí al calado del río, -que incrementaría la profundidad de 6,5 a 8 metros para mejorar el acceso de navegación de buques de mayor tonelaje-. “Queremos para Sevilla una obra de Modernización del Puerto coherente, respetuosa con todos los sectores económicos sevillanos (incluidos los agrícolas), sostenible desde un punto de vista medioambiental, bien planificada y diseñada, que aporte navegabilidad al río para generar riqueza para la ciudad y que la ayude a salir del anquilosamiento económico en el que vive; pero exigimos que esta obra se realice sin ocasionarnos daños que puedan poner en peligro la viabilidad presente y futura de nuestro cultivo”, explica Manuel Cano, director-gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla.
En ese sentido, denunciamos de nuevo que el “Estudio de Impacto Medioambiental de las Actuaciones de Mejoras de Accesos Marítimos al Puerto de Sevilla” es erróneo, ya que minimiza los efectos reales que tendría la obra sobre el sector arrocero, los regantes de la cuenca (algodón, cítricos, etc.) y sobre el Parque de Doñana. El estudio toma como una situación normal el estado actual del estuario sin tener en cuenta el aumento de un 124,5 por ciento de sal en el agua durante los últimos 20 años desde que se suprimió la denominada “Barra de Sanlúcar de Barrameda” al dragar el río en una superficie de 200 metros de ancho y cinco kilómetros de largo en la Punta del Malandar en la desembocadura del río Guadalquivir. “El segundo informe de la Autoridad Portuaria sólo reconoce un incremento del 1,8-1,9 gramos por litro de sal, mientras que el pasado 13 de junio hemos regado con 3,6 gramos de sal”, añade Cano.

Los arroceros consideran que la mejora de la infraestructura de riego del arrozal con el objetivo de que las estaciones de bombeo rieguen en bajamar captando agua con menos sal tampoco es la solución. “Proponemos como alternativa la construcción de una barrera artificial que contenga el empuje del Atlántico, obra que veníamos demandado mucho antes de que la Autoridad Portuaria planease el dragado del río y del que estamos dispuestos a asumir el coste de esta construcción que nos corresponde”, señala.
Los arroceros quieren dejar claro a la sociedad sevillana que nuestra única oposición a la obra no se basa en “un afán de obtener medidas compensatorias” como ha criticado el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Fernando Guerrero, sino en nuestro derecho a seguir regando con agua de calidad, ya que el aumento del calado provocará que el Guadalquivir se convierta en un brazo de mar, con el consiguiente incremento de sal y aumento del tapón salino que perjudicará al sector arrocero, regantes, sectores auxiliares (industria aérea agrícola, abonos, fitosanitarios, sector cangrejero, etc.) y Parque Nacional de Doñana.
Los arroceros sevillanos, -sector económico pujante y uno de los más importantes de Europa con una facturación de 96,16 millones de euros-, “es fruto de los esfuerzos de unos empresarios privados convencidos de que con nuestro trabajo podríamos obtener una forma honrada de vivir y un futuro digno para nuestras familias”, explica Cano. “Conseguimos erradicar el paludismo que azotaba la marisma de los años 40-50 sin contar con fondos públicos. Por eso, estamos cansados de obras diseñadas como emblemáticas para la ciudad como el Estadio Olímpico que se sufragan con gastos públicos y terminan infrautilizadas”.
“ Los arroceros queremos dejar claro que estamos de acuerdo en que Sevilla necesita un relanzamiento económico del puerto, -del que los arroceros es uno de los principales clientes-, pero no debe hacerse a cualquier precio y de forma unilateral, sino desde posturas de diálogo y consenso con todos los sectores económicos implicados”.

Federación Arroceros

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