Sven Teske, experto energético de Greenpeace Internacional y autor principal del informe, ha declarado que “por cada empleo que se pierda en el carbón, la [R]evolución Energética crea tres nuevos empleos en energías renovables. Podemos elegir empleos y crecimiento verdes o desempleo y colapso social y económico”.
Cambiar carbón por energías renovables para generar electricidad no sólo evitaría la emisión de diez mil millones de toneladas de CO2, sino que crearía 2,7 millones de empleos más, para 2030, que si continuamos con el sistema energético actual. Por el contrario, la industria del carbón, que actualmente emplea a unos 4,7 millones de personas en el mundo, reducirá más de 1,4 millones de puestos de trabajo para 2030, debido a medidas de racionalización en las minas actuales.
“Ahora es el momento de poner en práctica una “transición justa” para transformar sosteniblemente los empleos de hoy y desarrollar los empleos decentes y verdes de mañana”, -ha declarado Guy Ryder, Secretario General de la Confederación Internacional de Sindicatos. “El movimiento sindical, como los autores de este informe, cree que, si los líderes mundiales actúan con ambición frente al cambio climático, esto puede y debe impulsar el crecimiento económico sostenible y el progreso social”.
La última investigación de Greenpeace dentro del proyecto [R]evolución Energética, que proporciona un modelo para reducir las emisiones mientras se logra crecimiento económico, ilustra cómo la transición a la energía limpia dará más empleos para 2030 en el sector eléctrico de los que estarían disponibles si seguimos el actual camino intensivo en carbono. Sin embargo, es responsabilidad de los gobiernos reconocer esto lo antes posible y proporcionar puestos de trabajo y recapacitación a las comunidades afectadas por esta transición.
Greenpeace calcula que, si en España el 100% de la electricidad fuese renovable en 2030, la generación de electricidad daría empleo al menos a 170.000 personas, sin contar otros al menos 18.000 empleos generados por la eficiencia energética. A ellos habría que añadir los empleos derivados de la tecnología renovable dedicada a la exportación, que podrían ser unos 200.000 más.
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