La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha insiste en la necesidad de habilitar medidas con dotación económica suficiente para la incorporación de los jóvenes al campo, así como otras medidas que conviertan al sector en atractivo para asegurar el futuro de la agricultura y, como consecuencia, apostar por la estabilidad económica de la región.
ASAJA de Castilla-La Mancha, que cuenta con un gran número de afiliados menores de 40 años y es la OPA que más expedientes de ayudas a la incorporación tramita, conoce de primera mano las grandes dificultades que supone el relevo generacional y, por ello, exige a las Administraciones públicas que promocionen el campo como una posibilidad laboral de futuro entre los jóvenes, invirtiendo en formación agraria y en la modernización de las explotaciones para conseguir aumentar la rentabilidad de los profesionales del campo y alcanzar una mayor competitividad de sus productos.
La reciente convocatoria de ayudas a los jóvenes que quieran comenzar su actividad en el sector agropecuario, cuyo plazo de solicitud terminará el próximo 26 de noviembre, es una oportunidad para iniciar la profesión. Sin embargo, todo esfuerzo será inútil si previamente no se produce la jubilación y el cese efectivo en la actividad de los progenitores.
Por ello, no sorprende el dato de la subida del paro en agricultura del 11,8% en octubre, una vez finalizada la vendimia, porque tal y como está la coyuntura en el sector, los jóvenes prefieren cobrar un jornal mientras dura una campaña, que invertir en su propia explotación y asegurar su porvenir.
En 2009 sólo 104 jóvenes castellano-manchegos se incorporaron al sector y, aunque en lo que va de año ya se ha alcanzado la cifra de 402, no hay que olvidar que el campo genera bienes de primera necesidad y su consumo no se va a ver disminuido con lo que, si se reduce la producción por falta de profesionales, tendremos que importar para poder cubrir la demanda alimentaria.
Por último, el campo no sólo es una buena alternativa y salida ante la crisis, sino además, un sector estratégico para esta región. Por tanto, apostar por el campo, es apostar por el futuro de Castilla-La Mancha.