El gas propano en las instalaciones ganaderas

Las ventajas que la utilización del gas propano aporta a este tipo de explotaciones son muy numerosas, a continuación describiremos algunas de las más importantes.


Las condiciones para el crecimiento de los animales son óptimas

Puesto que de todas las condiciones del hábitat de la granja, que intervienen en su desarrollo y que son, la temperatura, la higrometría, la velocidad del aire, el contenido de amoníaco, óxido de carbono y oxígeno en el aire, el contenido de polvo, la carga microbiana y el estado de las camas y las paredes, la temperatura es la que mayor incidencia tiene sobre las condiciones de vida de los animales.

Los animales jóvenes son más sensibles a los cambios de temperatura por dos razones principales:

-Sus posibilidades de termorregulación son ineficaces las primeras semanas de vida.

-La superficie de contacto con el aire es proporcionalmente muy grande, el peso del pollo aumenta y su superficie corporal crece a menor velocidad.

A la edad de un día, la temperatura corporal de los pollos es de 38-39ºC progresivamente aumenta esta temperatura para estabilizarse sobre los 41ºC. Estamos, por lo tanto, en presencia de cuerpos calientes que, en la mayor parte del tiempo se encuentran en un ambiente más frío.

La experiencia de miles de explotaciones avícolas viene demostrando que el sistema correcto para satisfacer de forma óptima las necesidades de calor de los animales, lo constituye el radiador de rayos infrarrojos a gas.

Estos equipos permiten mantener a los animales en las condiciones de temperatura adecuadas durante todo su proceso de crecimiento y por lo tanto, obtener las condiciones de peso y calidad que demanda el mercado, haciendo el negocio para el granjero rentable, seguro y cómodo.

Las condiciones de explotación de las granjas, permiten al propietario una mayor seguridad en su negocio y un mayor nivel de vida

Las antiguas opciones utilizadas para producir el calor y distribuirlo en la granja, basadas en combustibles tradicionales y sumamente incómodos, como la leña, la cáscara de almendra en algunas regiones, el carbón o el gasóleo, precisaban de una supervisión continua del aprovisionamiento de la caldera y de la regulación y control de los equipos de distribución del calor a la nave. Esto suponía para el granjero no disponer prácticamente de tiempo libre y tener que dedicarle a la granja las 24 horas del día, y aún así el riesgo de incidente en estos equipos era elevado y por tanto el índice de mortandad de los animales también.

Con el gas propano los problemas anteriores han quedado totalmente resueltos, ya que la tecnología disponible en equipos emisores de infrarrojos con regulaciones modulantes en función de la temperatura y el mejor reparto de la carga térmica que podemos realizar permite la automatización total del funcionamiento del sistema de emisión de calor de la granja y de esta manera el granjero podrá estar tranquilo, dedicar su tiempo a otras tareas y sobre todo dormir tranquilo, sabiendo que su granja está segura y sus animales llegarán al mercado, proporcionándole el beneficio esperado.

Las instalaciones le durarán mucho más tiempo, pudiendo Ud. mismo realizar la limpieza de los equipos infrarrojos manteniéndolos así a pleno rendimiento.

BP Gas

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