En una rueda de prensa en las que presentó las nuevas ayudas al sector del viñedo de secano aprobadas en la Unión Europea a propuesta del Gobierno regional, Chico señaló las consecuencias que están teniendo las inundaciones en las cosechas, los caminos rurales y las infraestructuras.
No obstante, también se refirió a las influencias positivas que tendrán las lluvias en la recuperación del agua almacenada en los pantanos para garantizar el abastecimiento o la recuperación de los niveles freático de los acuíferos de la provincia.
Con respecto a las hectáreas de cultivo que se están viendo afectadas en la provincia, Chico no se atrevió a concretar si las mismas se pueden acercar a las 30.000, tal como ha fijado alguna organización agraria, y, aunque dijo que no es descartable, instó a esperar a que «se pueda pasar a los campos», aún encharcados, para poder realizar una valoración más ajustada.
En relación a algunos cultivos, como el cereal, Chico apuntó que todavía se pueden salvar algunas zonas si los terrenos no permanecen encharcados durante muchos días más. Algo parecido ocurre con el viñedo, con las plantas aún en estado «latente», que, de permanecer mucho tiempo bajo agua, las plantas podrían pudrirse o verse atacadas por alguna enfermedad.
Sobre el olivar, Chico indicó que, en la zona de Torrenueva y Valdepeñas, se podría situar la pérdida entre el 15 y 205, mientras que en el Campo de Montiel podría repercutir en el 80% de la cosecha.
Según explicó, hasta el momento, han sido 27 de la treintena de ayuntamientos afectados los que han presentado los primeros informes sobre daños en sus términos municipales, aunque Chico volvió a reiterar que es preciso esperar unos días para saber la incidencia concreta y real.
Europa Press