Este plástico tiene propiedades Oxodegradables, es decir, que se degrada hasta desaparecer por oxidación, llegando incluso a reducir en ocasiones este plazo a unas pocas semanas, según informó el Centro de Coordinación de los Centros Tecnológicos (Cecotec) en un comunicado.
El proyecto, que cuenta también con la participación de la empresa Plásticos de Molina, pretende el desarrollo de un material que aporte las mismas funcionalidades del plástico convencional empleado en los campos durante todo su ciclo de vida, pero permitiendo a la vez la degradación del mismo coincidiendo con el periodo del ciclo de cada cultivo.
Los objetivos que plantea Cetec, que es un centro de investigación plurisectorial puesto en marcha en 1994 con apoyo del Instituto de Fomento (INFO), plantea que se puedan alcanzar en cualquier zona geográfica, por lo que es «necesario» controlar el efecto sobre el plástico de los principales factores ambientales, como son la temperatura, humedad y radiación solar.
Cecotec explicó que la adopción generalizada de este tipo de plástico «minimizaría el impacto ambiental que la técnica de acolchado tiene sobre el medio ambiente, a la vez que disminuiría los costes al eliminarse los gastos de retirada de los plásticos a la finalización del cultivo».
Cecotec recordó que la utilización de plásticos para el cultivo, especialmente de hortalizas, es una práctica ampliamente difundida que aporta un gran número de ventajas entre las que destacan minimizar el consumo de agua, mitigar los efectos de las bajas temperaturas, disminuir la proliferación de malas hierbas y, en general, aumentar la precocidad de los cultivos.
Sin embargo, precisó que «también implica un perjuicio ambiental al incrementar la cantidad de residuos de difícil reciclado en las explotaciones».
Europa Press