La ministra indicó asimismo que el sector ovino cumple un papel medioambiental, derivado de sus usos tradicionales como el pastoreo, y una función social, porque es el que asienta verdaderamente las poblaciones a los núcleos rurales en las zonas más desfavorecidas de la geografía española.
En este sentido, Espinosa resaltó que la producción española de lana está en la actualidad comprometida con los más altos estándares de bienestar de los ovinos. Asimismo, destacó el beneficio medioambiental adicional que supone la apuesta por esta fibra natural, «que requiere menos energía en la producción de 1 kilogramo de lana que en 1 kilogramo de fibra artificial».
En esta línea, indicó que un mayor uso de la lana aseguraría una reducción de los niveles de gases de efecto invernadero, por lo que consideró necesario desterrar algunas falsas creencias, vinculadas a un supuesto efecto contaminante de la industria textil lanera.
Sobre el futuro de esta producción, Espinosa subrayó la necesidad de investigación e innovación, para lo que España cuenta, como cuna de la ganadería y la industria lanera en todo el mundo, con universidades, centros de investigación y otras instituciones que pueden ayudar a conseguirlo.
Europa Press