El gobierno remite al consejo de estado el anteproyecto de ley de la viña y del vino

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias, ha presentado en la reunión del Consejo de Ministros el texto del anteproyecto de Ley de la viña y el vino, habiéndose autorizado su remisión al Consejo de Estado para que elabore el correspondiente dictamen, como paso previo a su aprobación y tramitación.

El objeto de la norma es la ordenación básica, en el marco de la normativa de la Unión Europea, de la viña y el vino, así como su designación, presentación, promoción y publicidad. También se regulan los niveles diferenciados del origen y la calidad de los vinos, así como el sistema de la protección, en defensa de productores y consumidores, de las denominaciones y menciones que legalmente les están reservados frente a su uso indebido. También se incluye en el texto un régimen sancionador de infracciones administrativas.

De las cuestiones reguladas, cabe destacar tres que tienen especial trascendencia y que son novedosas de cara a los productores, se trata de las menciones tradicionales en los vinos, el sistema de protección y la organización y funcionamiento de los Consejos reguladores y órganos de gestión.

La nueva Ley pondrá al día las regulaciones del viejo Estatuto de la Viña y el Vino de 1970, que precisaba de urgente revisión y adaptación a la nueva realidad española, marcada por la pertenencia a la Unión Europea y por el desarrollo del modelo autonómico del Estado.

El texto del anteproyecto de Ley es fruto de la intensa interlocución de los servicios del Ministerio de Agricultura con todos los interesados en la materia, incluyéndose las Comunidades Autónomas, Organizaciones de profesionales agrarios, los Consejos Reguladores y el resto de los Departamentos de la Administración.

La definición del carácter básico de algunos de los preceptos contemplados viene exigida por la necesidad de proteger la unidad de la economía nacional y la existencia de un mercado único. La configuración de un nuevo sistema de protección del origen y la calidad de los vinos resulta obligada por la aparición de nuevas figuras de protección vinculadas a la regulación de los vinos de calidad.

La creación de un sistema de protección que reúna las mayores garantías para los consumidores, al tiempo que constituya un marco flexible, es imprescindible para asegurar a los operadores la competitividad de sus vinos y una leal competencia. En definitiva, se pretende un sistema de protección que se adapte a las actuales necesidades y madurez del sector y reduzca la intervención administrativa en este campo a sus justos límites.

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