El IVIA desarrolla nuevas variedades de arroz mediante la inducción de mutaciones

Remitido por Generalitat Valenciana:

Según ha indicado el director del IVIA, Florentino Juste, el objetivo de las investigaciones sobre este cereal “es poder obtener nuevas variedades que aumenten la resistencia al “encamado”, (debilidad o tendencia de la caída de la planta al agua por efecto del viento, etc), la resistencia al hongo Pyricularia y que, además, sean más productivas o permitan alargar el período de producción, dando así respuesta a las necesidades de los agricultores”.

En este sentido, los trabajos de inducción de mutaciones están siendo realizados sobre la variedad de arroz “bahia”, característica de los cultivos de la Comunidad Valenciana. Entre las investigaciones, destacan tres líneas: dos de ellas se han seleccionado por su talla menor, en torno a una reducción del 20 % con respecto a la original, a lo que se suma en una de ellas su porte compacto, con hojas más erectas y anchas, características apropiadas para incrementar la resistencia al encamado.

La tercera variedad obtenida posee un ciclo vegetativo muy corto, ya que florece en tan sólo 90 días frente a los 130 días de media de la original, siendo una posible variedad temprana.

Asimismo, está previsto aplicar próximamente estas mismas tecnologías sobre la variedad “bomba”, una de las de más alta calidad de las que se producen en la Comunidad Valenciana. “El objetivo será mejorar la poca productividad de esta variedad y su gran talla”.

Los trabajos a través de mutaciones se suman a los estudios realizados por el IVIA mediante programas clásicos de mejora de las variedades de arroz, con los que se han producido muchas de las variedades que actualmente se cultivan en la Comunidad Valenciana. Entre ellas, cabe señalar la obtención en 2003 y 2004 de la “Jsendra”, “Albufera” y “Sarcet”, todas ellas con grandes cualidades.

Alteraciones beneficiosas de alguna característica del arroz

“Los trabajos de inducción de mutaciones -ha explicado Juste- consisten en la generación de una alteración beneficiosa de alguna características de la planta. Para ello, se utilizan métodos físicos como la irradiación con rayos gamma o con neutrones rápidos, con lo que se produce a mayor escala y de manera artificial lo que la naturaleza hace de forma espontánea”.

Las mutaciones inducidas se producen al azar y son visibles en la segunda generación de plantas, que se siembran en gran número en el campo donde se procede a la búsqueda de esas alteraciones que sean de interés agronómico.

Actualmente, los trabajos que están desarrollando los investigadores del IVIA están en fase de selección y evaluación de las líneas de la segunda y tercera generación, habiéndose observado buenas características en invernadero, y está previsto realizar la primera evaluación agronómica en campo al inicio de la campaña de este año.

Por ello -ha dicho Florentino Juste-, si la producción es buena y se mantienen las características seleccionadas, las nuevas variedades obtenidas podrían ser enviadas a registro para su comercialización en un plazo de tres años”.

La mutación inducida permite obtener resultados antes

Juste ha destacado la eficacia de la utilización del método de mutación inducida aplicada al arroz, que se viene utilizando desde hace años en otros centros de investigación. Ejemplo de ello, es que la FAO en colaboración con el IAEA (International Atomic Energy Agency, Viena), ha logrado generar con este sistema 2.300 variedades correspondientes a 154 especies vegetales diferentes, de las que 450 son de arroz.

El director del IVIA ha explicado que este alto grado de éxito se debe a que el arroz “posee un genoma relativamente pequeño comparado con otros cereales, lo que hace mayor la probabilidad de afectar a características concretas. También tiene la ventaja de que facilita en gran medida la selección y obtención de plantas”.

En este sentido, “la posibilidad de modificar tan sólo unas pocas peculiaridades partiendo de variedades ya establecidas y con unas buenas características, es precisamente lo que permite acortar los tiempos de generación de nuevas variedades respecto a los métodos por cruzamiento entre variedades, que es de es de once o doce años”.

Generalitat Valenciana

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