La ministra ha analizado los principales reajustes introducidos con la Reforma de 1992, la Agenda 2000 y la Revisión Intermedia de 2003, con los que se ha ido amoldando a los compromisos externos y a las sensibilidades internas
Entre los objetivos del modelo español de aplicación de la Reforma, Elena Espinosa ha destacado el aprovechamiento de los recursos naturales , la contribución a la creación de la riqueza nacional, y el mantenimiento y la ocupación del territorio
En el marco del VII Congreso Nacional de Economía que se celebra en A Coruña, y que en esta edición se dedica a «Europa, una economía global. Estrategias para el siglo XXI», la ministra Elena Espinosa, ha presentado una ponencia sobre la Política Agrícola Común ante la Ronda de Doha, en la que ha establecido un análisis paralelo del desarrollo de la PAC y de las distintas Rondas de negociaciones del GATT y de la OMC, planteando la situación previsible ante la próxima Conferencia Ministerial de Hong Kong y las prioridades de las posiciones española y comunitaria.
Elena Espinosa ha comenzado explicando que el hecho de que la PAC tenga una historia de casi cincuenta años, estrechamente ligada al propio desarrollo de la Unión Europea, no significa que no haya sido capaz de evolucionar y de adaptarse a las sensibilidades y exigencias de la sociedad en cada momento.
En este sentido, y tras señalar que en los primeros años, se instrumentó una PAC basada en el sistema de doble precio y en el régimen de garantía de compras a los productores, la ministra ha detallado algunos de los reajustes que se fueron aplicando posteriormente, primero con los estabilizadores agropresupuestarios y cantidades máximas garantizadas y después con la Reforma de 1992, que redujo sensiblemente las diferencias con los precios internacionales y transformó la protección, vía precios, en ayuda por hectárea o por cabeza de ganado, más desligada a la producción real.
Con esta Reforma, ha resaltado la ministra en su intervención, así como con la de la Agenda 2000 y con la más reciente Revisión a Medio Plazo de 2003, la PAC ha ido evolucionando progresivamente, adaptándose a los compromisos externos y a las sensibilidades internas.
LA ULTIMA REFORMA DE LA PAC
La Revisión Intermedia de 2003, calificada por la ministra como la mayor Reforma en la historia de la PAC, ha sido objeto de un análisis mas pormenorizado, en el que Elena Espinosa ha repasado sus principales innovaciones y objetivos, destacando entre estos últimos el incremento de la competitividad de la agricultura europea; la promoción de una agricultura sostenible y orientada al mercado; el fortalecimiento de la seguridad e inocuidad alimentaria; la mejora de la calidad y la protección de las indicaciones geográficas y métodos particulares de producción; el mantenimiento de un nivel de rentas adecuado en la comunidad agraria; así como la potenciación del desarrollo rural, con una notable preocupación por la conservación del medio ambiente y del paisaje.
Con esta Reforma, ha indicado la ministra, se pretendía conseguir también una simplificación de la PAC y una justificación y legitimación ante la sociedad de los recursos asignados a la agricultura, enmarcándolos en las perspectivas financieras globales de la UE, teniendo en cuenta la incorporación de los PECO.
Igualmente, ha añadido Elena Espinosa, se deseaba un mayor margen de maniobra en el capítulo agrario de las negociaciones multilaterales en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), especialmente en lo que se refiere a los compromisos de la ayuda interna y de las correspondientes «caja azul» y «caja ámbar» , tema que, ha aclarado la ministra, nunca fue reconocido claramente por la Comisión, si bien desde el lanzamiento de la Ronda de Doha para el Desarrollo, era evidente que la Unión Europea tendría que hacer un esfuerzo de ajuste o reconversión de sus ayudas en la PAC.
De esta última Reforma, la ministra ha resaltado como elemento clave el establecimiento de una ayuda única por explotación, independiente de la producción, y por consiguiente desacoplada de la misma, pero vinculada al cumplimiento de determinados requisitos de «condicionalidad» , cuya finalidad era la de compensar las rentas de los agricultores, con objeto de que las producciones estuvieran sujetas a las alternativas y opciones de mercado.
Elena Espinosa también ha recordado como algunos Estados Miembros plantearon serias dudas sobre los efectos que la aplicación del modelo diseñado podía tener en su territorio, especialmente por el riesgo de abandono de la producción de importantes superficies, forzando por ello la adopción complementaria de medidas preventivas de acoplamiento parcial de determinadas ayudas, así como de otras decisiones relacionadas con el Régimen de Pago Único, que constituyen la base de las opciones del Modelo español.
EL MODELO ESPAÑOL DE APLICACIÓN DE LA PAC
Sobre este modelo español de aplicación de la Reforma la ministra ha destacado sus tres principales ejes, el primero de los cuales se basa en establecer el máximo acoplamiento que permite la normativa comunitaria, para asegurar que, durante un período transitorio, no se produzcan cambios bruscos derivados de las decisiones de producción de los agricultores, que conduzcan a desequilibrios territoriales.
Los otros dos ejes señalados ha sido la utilización del Artículo 69 del Reglamento, que permite una retención de las ayudas directas de algunos sectores incluidos en el Régimen de Pago Único, para el establecimiento de ciertos programas sectoriales, con el fin de apoyar a las explotaciones más vulnerables, y la modulación de las ayudas directas, por encima de 5.000 euros, establecida con carácter obligatorio por la reglamentación comunitaria, modulación de la que procederían recursos que deben destinarse a potenciar el segundo pilar del desarrollo rural y que, en su aplicación dentro del modelo español, se pretende que vayan destinados a los propios agricultores para facilitar su adaptación a la Reforma.
Dentro del análisis paralelo del desarrollo de la PAC y las negociaciones del GATT y la OMC, la ministra ha recordado los logros y escollos surgidos a lo largo de la Conferencia Ministerial de Doha, el lanzamiento de una nueva Ronda global para el desarrollo, la Conferencia de Cancún, y las negociaciones permanentes cara a la Conferencia de Hong Kong, planteando las prioridades de la posición española en relación con estas negociaciones.
Entre ellas, y dentro de la perspectiva agraria, ha resaltado como tema fundamental de las negociaciones, el mantenimiento de la compatibilidad de los acuerdos con el modelo de la PAC, especialmente el derivado de las últimas reformas.
En relación con el acceso al mercado la ministra ha manifestado que habrá que vigilar el desarrollo de las negociaciones, para mantener suficientes elementos de protección para la compleja y diversa agricultura comunitaria, subrayando que otras cuestiones como el mantenimiento de la Cláusula de Salvaguardia Especial o la negociación de una nueva cláusula de Paz, que evite los ataques a los compromisos adquiridos por las partes en materia de agricultura, deberán formar parte del acuerdo final.
Por último, y dentro de estas prioridades, Elena Espinosa ha destacado la importancia que para España tiene la adecuada protección de las Indicaciones Geográficas, recogida en el Acuerdo de Doha, tema sobre el que ha anunciando deberá tener un tratamiento razonable para que pueda haber un acuerdo final.
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