En su intervención, la Subdirectora General indicó que la evolución social y económica de España a lo largo del último cuarto de siglo arroja un perfil crecientemente urbano y urbanita que, sin embargo, no responde a la realidad española, ya que el 85% del territorio y casi una quinta parte de la población española siguen siendo rurales.
En este contexto, Paloma López-Izquierdo destacó que el MARM ha apostado por el desarrollo rural sostenible para garantizar las obligadas condiciones de equidad y minimizar los desequilibrios logrando que se establezcan dotaciones y servicios complementarios entre el medio urbano y el medio rural; así como procurar unos niveles de oportunidad y diversidad de la oferta comparables con los de la ciudad.
La Subdirectora General recordó que el trabajo iniciado en este sentido en 2006 por los antiguos Departamentos de Medio Ambiente y de Agricultura, Pesca y Alimentación cristalizó, a finales de 2007, en dos leyes cuyos objetivos son la protección social específica para el medio rural, el mantenimiento de altos niveles de calidad ambiental y paisajística, y la restauración de la diversidad biológica y ecológica. Para conseguir de manera más segura y eficaz estos fines ambas leyes, que se complementan en sí, propugnan la ordenación integrada del territorio.
Sobre la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, Paloma López-Izquierdo explicó que el texto legal indica la prioridad de actuaciones sobre los municipios de menos de cinco mil habitantes y las áreas integradas en la Red Natura 2000. Esto supone que la normativa está realmente implicada con la realidad del territorio y con un determinado tipo de desarrollo que armoniza el desarrollo económico y social con la conservación de los recursos ambientales.
En cuanto al sector forestal español, la Subdirectora General subrayó que el aprovechamiento clásico de madera y la obtención de leñas para consumo doméstico están siendo relevados por aprovechamientos con enfoques más modernos como la obtención de biomasa con fines energéticos y la madera certificada con sellos de calidad garante de la sostenibilidad de los montes de los que se extrae. Estos nuevos usos, y otros como la intensa demanda de ocio y tiempo libre generada desde el mundo urbano, suponen un aumento de los de los empleos en el medio rural y constituyen una importante alternativa que servirá para revitalizar tanto los montes como pueblos.
Marm