El objetivo de este proyecto, cuyo promotor es la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, es mejorar las comunicaciones de la zona mediante una nueva conexión con la futura autovía A-57. Esta conexión servirá además de variante a varias carreteras (CN-555, CN-552 y CN-550) que actualmente, tienen tráfico intenso y un trazado carente de buenas condiciones de fluidez y seguridad. La obra se desarrollará en los términos municipales de Pontevedra, Vilaboa, Soutomaior, Pazos de Borbén, Redondela, Mos, Ponteareas, Vigo y Porriño, todos ellos de la provincia de Pontevedra.
Después de las consultas realizadas a los organismos y ayuntamientos afectados, las alegaciones presentadas en la fase de información pública, más los informes complementarios que se han pedido a lo largo del procedimiento de evaluación de impacto ambiental, se seleccionaron 14 alternativas de trazado de las cuales se ha elegido la alternativa 5 por ser la más viable ambientalmente.
Esta alternativa no afectará al Lugar de Interés Comunitario (LIC) «Ensenada de San Simón», ya que en ningún momento la vía discurrirá sobre los terrenos incluidos en sus límites. Sin embargo, se deberán cumplir una serie de medidas preventivas para cuidar los cursos de agua como, por ejemplo, el uso de vallados de protección frente a movimientos de tierras que por pendiente puedan precipitar materiales a los cauces, la restauración vegetal de todas las superficies por donde discurre el trazado y la integración paisajística del proyecto.
Las medidas de protección de la fauna que establece el promotor se valoran suficientes para minimizar el efecto barrera del nuevo trazado sobre los hábitats, ya que prevén la ejecución de pasos sobre y bajo la vía para que puedan ser utilizados por los mamíferos presentes en la zona.
Todas las medidas protectoras y correctoras sobre el medio ambiente deberán contar con el visto bueno de la Dirección General de Conservación de la Naturaleza de la Consejería de Medio ambiente y Desarrollo Sostenible de la Junta de Galicia.
Sobre el impacto acústico en la población, se proponen medidas de mitigación del mismo, tanto en la fase de obras (para movimiento de máquinas, cargas y descargas, voladuras) como para la fase de explotación, para la que se exige, como medida correctora, la ubicación de aproximadamente 29 pantallas acústicas, con una longitud total de unos 4,5 km.
También se contempla una amplia batería de medidas particulares para proteger cada uno de los elementos del patrimonio cultural de la zona y, en concreto, para evitar cualquier impacto al Camino de Santiago portugués.
Un Programa de Vigilancia Ambiental controlará que el proyecto se realice de acuerdo a lo señalado ambientalmente, tanto en la fase de ejecución como de explotación, para lo que se deberán presentar informes periódicos de seguimiento y comprobación de la correcta aplicación de las medidas protectoras exigidas en la DIA.
Marm