Los eurodiputados han votado hoy, en Sesión Plenaria en Estrasburgo, los informes en Segunda Lectura relativos al conocido como «Paquete Pesticidas» (Directiva sobre Uso Sostenible de Plaguicidas y Reglamento sobre la Autorización y Comercialización de Productos Fitosanitarios), mostrándose a favor del compromiso de acuerdo alcanzado el pasado 18 de diciembre entre los negociadores parlamentarios, el Consejo y la Comisión. Tras esta votación, la Directiva deberá aprobarse formalmente en el próximo Consejo de Ministros de Agricultura.
Pese a los intentos de mejora por parte de los eurodiputados españoles, encabezados por Pilar Ayuso, el texto ha quedado tal como acordaron en diciembre los parlamentarios, el Consejo y la Comisión, lo que podría suponer la reducción entre el 9 y el 21% (dependerá de la aplicación de determinadas disposiciones) de las sustancias activas, frente al 85% que podrían haber desaparecido si se hubiera seguido la posición del Parlamento en primera lectura (octubre de 2007). Esta desaparición se debe en parte al desarrollo de una normativa más restrictiva para la autorización, en algunos casos, sin justificación científica alguna.
A pesar del avance obtenido por el Consejo, ASAJA-Sevilla considera que la legislación sobre uso y comercialización de fitosanitarios aprobada esta mañana por el Parlamento Europeo continúa siendo muy restrictiva y supondrá un nuevo freno para el sector agrario, ya que verá amenazada la viabilidad de un gran número de cultivos y verá restringidas las condiciones de uso. El endurecimiento de la legislación hará desaparecer sustancias claves para el sector agrario que por ahora carecen de alternativa, lo que podría conducir a una seria disminución del rendimiento de ciertos cultivos (especialmente mediterráneos) y a un aumento de la resistencia de las plagas a las sustancias que queden. A modo de ejemplo, según estimaciones de ASAJA, dos de los cultivos más representativos de Andalucía podrían ver su producción disminuida entre un 40 y un 80%: los cítricos, debido a la mosca de la fruta, y el olivar, debido a la mosca del olivo.
Ante este nuevo panorama se hace más necesario si cabe que la Unión Europea permita el cultivo de nuevas variedades transgénicas que se autoprotegen frente a las plagas, y van a suponer la única alternativa que les queda a los agricultores para combatir plagas como la heliothis o el gusano rosado, que en la última campaña han mermado la producción de algodón andaluza en más de un 60%.
En definitiva, esta nueva legislación supone para la agricultura europea una merma adicional de competitividad, que será especialmente palpable frente a las importaciones procedentes de países que pueden emplear todos los productos fitosanitarios no autorizados en la UE, lo cual es una muestras más de la incongruencia con que actúa la UE.
Tal como ha denunciado ASAJA en los últimos meses, todo este proceso legislativo ha carecido de un estudio oficial en profundidad del impacto que el endurecimiento de la legislación podría tener sobre la producción agraria, la disponibilidad de alimentos sanos, la renta y el empleo de las zonas rurales y los efectos en materia de sanidad.
La buena o mala aplicación de esta legislación podrá suponer, además, una mejora o un empeoramiento de su impacto definitivo, por lo que desde ASAJA mostramos nuestra disposición a colaborar tanto con las autoridades europeas como nacionales, para una aplicación adecuada con la mayor coherencia, en defensa de un sector agrario que ofrezca una producción sostenible y competitiva de alimentos saludables y de calidad a un precio justo para el consumidor, tal como viene haciendo hasta ahora.
ASAJA
Si con todo lo que cae en la agricultura frutera se estima reduccion de la facturación para el agricultor por otra nefasta norma de Bruselas, ¿dónde encontrar una sóla organización agraria que emprenda acciones políticas (negociación, manifestación), económicas (objeción fiscal) o de cualquier índole dirigida a la no intromisión de lo público en lo privado? Poco avezado que sea cualquiera sabe que las iniciativas de Bruselas contra los fitosanitarios llevan marchamo ecologista de despacho, no hay razones científicas que apoyen tales decisiones restrictivas.
Seguro que los chinos están tan concienciados para restringir el uso de fitosanitarios.