El Parlamento Europeo pone el acento en el comercio electrónico

Mercado común también en la red

Sin embargo, muchos de estos consumidores eligieron para su compra una tienda online basada en su propio Estado miembro, desaprovechando el potencial del mercado único comunitario. Sólo el seis por ciento de las compras tuvieron lugar en sitios web de un país distinto al del cliente.

La incertidumbre legal que plantea a los consumidores la compra por internet en otro Estado miembro es una de las principales causas de desconfianza. ¿Dónde reclamo si el producto tiene algún defecto? ¿Es seguro un pago internacional en la red? También los vendedores ponen en ocasiones trabas a las ventas; desconfían de la seguridad de la transacción, desconocen la legislación aplicable o el procedimiento a seguir en caso de reclamación…

Marca de confianza

El Parlamento Europeo (PE) aprobó el pasado 21 de junio un informe elaborado por la eurodiputada checa del Partido Popular Europeo Zuzana Roithová sobre la confianza de los consumidores en un entorno digital, en el que se llama la atención sobre esta situación y se sugieren diversas medidas para mejorarla; una de ellas sería la creación de un sello europeo de confianza. Esta marca no sería otorgada por un organismo oficial, sino que los comerciantes la podrían utilizar «si prueban públicamente que han suministrado la información obligatoria en un plazo determinado, que han utilizado contratos recomendados, que han tramitado las reclamaciones inmediatamente, que han utilizado alguna modalidad alternativa de solución de litigios o que se han adecuado a otras normas europeas». El uso fraudulento de la misma sería penalizado.

Un ejemplo ya existente sería la Euro-Label, que funciona en cinco países (Italia, Alemania, Austria, Francia, Polonia y España) y que garantiza no sólo la fiabilidad del vendedor, sino también que las condiciones de venta están claramente indicadas en su página web, que la compañía respeta la legislación referente a protección de datos, que el producto será entregado según lo indicado en el momento de la compra y que existe la posibilidad de plantear una reclamación.

Implicar a las PYMES

Además, el texto aprobado por la Eurocámara propone la creación de un programa de subvenciones para la financiación de «campañas de formación e información o proyectos para comprobar en la práctica la calidad de los servicios en línea» y recomienda la creación de un entorno empresarial más atractivo. Para el eurodiputado español de Los Verdes David Hammerstein, «la Unión Europea tiene que animar a las PYMES (pequeñas y medianas empresas) a participar en los mercados en línea».

El informe del PE pide a la Comisión que «presente una Carta europea de derechos de los usuarios, con objeto de aclarar los derechos y las obligaciones» tanto de los consumidores como de las empresas que operan online, y «que proponga medidas para detener la fragmentación del mercado interior en el entorno digital». Para la Eurocámara, es «inaceptable» que «determinados empresarios, que ofrecen bienes, servicios o contenidos a través de Internet en varios Estados miembros, impidan a los consumidores acceder a sus páginas web en otros Estados miembros y los obliguen a utilizar las páginas en el Estado en el que residen».

Problemas y cláusulas

La eurodiputada socialista alemana Evelyne Gebhardt considera que «los ciudadanos tienen que hacer frente a multitud de problemas en el entorno digital; en ocasiones, no pueden comprar un producto porque el vendedor dice que no realiza entregas en ese país».

Por su parte, la autora del texto alertó durante el debate del informe por el Pleno de la Cámara de que «el consumidor está obligado por una serie de cláusulas digitales que aceptó mediante un simple ‘click’ pero que en la mayoría de los casos no leyó». Roithová alertó de que el comprador «no es consciente de que en muchas ocasiones estas cláusulas contienen supuestos injustos y malintencionados».

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