La proposición abogaba por garantizar «la capacidad por parte de los agricultores de elección real de cualquier forma de agricultura» y para ello consideraba preciso «proteger las producciones convencionales y ecológicas, impidiendo la presencia de organismos modificados genéticamente en los productos vegetales obtenidos y consiguiendo así una coexistencia real y eficaz de cultivos modificados genéticamente con los otros modos de producción agrícola».
El parlamentario de Nafarroa Bai Txentxo Jiménez afirmó que «está habiendo una reconsideración a nivel mundial de estos productos, porque se están poniendo en cuestión sus garantías y sus beneficios», y señaló que mientras en Europa la producción de este tipo ha caído un 12% y en España un 9%, en Navarra se ha visto incrementada.
En contra de esta iniciativa, la parlamentaria de UPN María José Bozal afirmó que «muchos de los aspectos previstos en la proposición de NaBai están ya recogidos en reglamentos europeos o estatales e incluso lo están con mayor concreción» y señaló, además, que determinados aspectos de la proposición son excesivamente «restrictivos».
Por parte del PSN, María Gracia Iribarren, que anunció la abstención de su grupo, aseguró que éste es «un tema que genera inquietud en la población» y consideró necesario que «las administraciones públicas se adelanten para dar tranquilidad», pero explicó que la propuesta de NaBai, «más que una regulación, está llevando sibilinamente a la prohibición de los transgénicos».
Desde CDN, José Andrés Burguete señaló en la misma línea que con esta proposición de ley «no se pretende la coexistencia de productos, sino el impedimento casi meridiano de la producción de transgénicos» y recordó que «el Gobierno ya tiene asumido que debe presentar una ley sobre la cuestión de los transgénicos».
El portavoz de IUN, Ion Erro, afirmó que «hay elementos que establecen las señales de alarma sobre el cultivo de transgénicos» y señaló que «la mayoría de países europeos no producen este tipo de productos, mientras España y Navarra se han convertido en un banco de pruebas sin los controles necesarios».
No obstante, explicó que se abstenía porque no comparte que deban «coexistir» productos convencionales con transgénicos y consideró que Navarra se debe declarar «territorio libre de transgénicos».
Europa Press