Con el objetivo de verificar que podían ser objeto de un ataque, el buque realizó diversas maniobras, con cambios de rumbo, que fueron secundadas por sus perseguidores, por lo que, finalmente, decidió navegar a toda máquina y «escapar al viento, dejándole atrás».
«Ellos andaban a siete nudos y nosotros a más de 19, y logramos escapar porque hacía mal tiempo, porque si hubiera habido calma nos hubiera pillado», afirmó. Se da la circunstancia, además, de que la tripulación acababa de «embarcar la red», porque «con ella en el agua, no hubiéramos podido maniobrar, porque pesa cien toneladas».
El patrón del ‘Alakrana’ afirmó que por la noche se produjo la llegada de una fragata holandesa, con la que mantuvieron contacto durante toda la noche, si bien no logró localizar a la embarcación pirata.
Explicó además que el temor de los tripulantes es que, a partir de mediados de septiembre, con la calma propiciada por la buena situación meteorológica, se incrementen los problemas en la zona.
Según el patrón, aunque los barcos españoles «agradecen» la presencia de la fragata ‘Canarias’ española en la zona, consideran que el avión debería sobrevolar las aguas con más asiduidad. Además, creen que el Gobierno debería secundar la iniciativa francesa, que ha instalado cuatro militares armados a bordo de cada buque galo.
Europa Press