En abril, el pepino marcó el mayor diferencial entre el precio que reciben los agricultores y lo que pagan los consumidores. Tal es así que pagamos por él un 859 por ciento más. El productor recibió 0,17 euros por kilo y la distribución lo vendió a 1,63 euros/kilo.
Aunque fue el mayor descalabro, no fue el único. Le siguieron otros productos como la berenjena (+819 por ciento), limones (769 por ciento), tomates para ensalada (+761 por ciento), brócoli (+676 por ciento), cebollas (+653 por ciento), calabacín (+571 por ciento) o repollo (+511 por ciento).
Otros alimentos como alcachofas, naranjas o lechugas registraron diferenciales de más del 400 por ciento y aceitunas, acelgas, manzanas y peras, por encima del 300 por ciento.
En general, el Índice de Precios de Origen y Destino alcanzó el 4,69 lo que significa que los precios de los alimentos se multiplicaron por dicha cantidad del campo a la mesa. Asimismo, los productos agrícolas se multiplicaron por 5,05 y los ganaderos por 3,37, según los datos facilitados por la organización agraria COAG.
Por su parte, en productos ganaderos la ternera y el cerdo son los que presentan una mayor diferencia de precios entre origen y destino +353 por ciento y +347 por ciento respectivamente. El menor diferencial lo presentan los huevos pero es hasta de un 150 por cien.
El IPOD recoge la evolución mensual de 25 alimentos básicos en la dieta y es una iniciativa de la organización agraria COAG, la Unión de Consumidores de España-UCE y la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU).
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