En un artículo anterior hablábamos de cómo conservar las hierbas culinarias. Otra manera de conservarlas es mediante el secado. Las hierbas secas retienen gran parte de las propiedades y se pueden utilizar durante todo el año. Para obtener hierbas secas de calidad debes de recolectarlas por la mañana temprano, remover la suciedad enjuagándolas en agua, sacudirlas y eliminar cualquier tipo de hoja seca o estropeada. Una vez hecho esto debes de hacer ramos uniendo los extremos con un hilo o una goma y colgarlos boca abajo en un lugar cálido, seco, bien ventilado y que esté libre de polvo. En dos o tres semanas estarán secas; entonces separa las hojas de los tallos y guárdalas en jarros herméticos de cristal.
Este método funciona bien para las hierbas de tallos largos. Para las de tallos cortos, lo mejor es que sigas el mismo procedimiento pero en lugar de hacer un ramo, separes las hojas de los tallos y las dejes secar en una superficie lisa, dándoles la vuelta de vez en cuando.
Algunas hierbas adecuadas para secar son el tomillo, el romero, la ajedrea, la salvia y el orégano.
Una respuesta a «El secado de las hierbas culinarias»