El sector apícola de LA UNIÓ colabora con las cooperativas para solucionar la falta de polinización

Nota de LA UNIÓ
El sector apícola de LA UNIÓ ha iniciado de nuevo una colaboración con diversas cooperativas para solucionar los problemas de polinización de sus plantaciones, tras detectar los técnicos de las mismas un déficit importante durante los últimos meses. LA UNIÓ estima que el déficit de polinización, provocado por el síndrome de despoblamiento, podría provocar perdidas de más de 600 millones de euros anuales en la producción agraria valenciana. Además, LA UNIÓ, dispone de un plan de formación dirigido a cooperativas y otras entidades, para destacar los beneficios de la polinización entomófila en el sector agrario.

LA UNIÓ facilita a cooperativas y comercios el asesoramiento necesario para optimizar la polinización en sus cultivos, así como las colmenas necesarias para conseguir este objetivo. En un primer momento los proyectos de colaboración se han llevado a cabo con la Cooperativa Valenciana Unión Protectora de El Perelló, la Cooperativa del Mareny de Barraquetes y las cooperativas de Benicarló, Llutxent y Pinoso.

LA UNIÓ afirma que son los propios técnicos de las cooperativas quienes se han puesto en contacto con ella para realizar la iniciativa. Los cultivos más afectados por la falta de polinización son los hortícolas, entre ellos el calabacín, tomate, berenjena y melones; así como los frutales, incluidos los cítricos, que se ven afectados por ese déficit de polinización que conlleva un gran descenso cualitativo y cuantitativo.

Este déficit de polinización es la consecuencia más grave del síndrome de despoblamiento, que ha elevado en los últimos años la tasa de mortandad de las abejas hasta un 50%. Además, ha debilitado las colonias hasta alejarlas de su estado productivo óptimo, constituyendo el peor declive apícola desde el primer embate de la varroa de finales de los años 80. LA UNIÓ recuerda que, la supervivencia y la evolución de más del 80% de las especies vegetales del planeta y la producción del 84% de las especies cultivadas en Europa depende directamente de la polinización entomófila.

Enrique Simó, técnico apícola de LA UNIÓ, señala que “los insectos polinizadores son verdaderos pilares de la biodiversidad y bioindicadores de la salud del planeta. Las abejas existen en la tierra desde hace más de 60 millones de años y pueden sobrevivir sin los humanos. Sin embargo, el homo sapiens, que apenas lleva 250.000 años aquí, no puede sobrevivir sin las abejas. Estos problemas apícolas nos alertan que no somos tan sapiens como pensamos y que nos equivocamos al ir en contra de las leyes de la naturaleza”.

Simó dice que “el oficio milenario de la apicultura está en la cuerda floja, al límite de la rentabilidad, asfixiado por los problemas sanitarios y de mercado. Las consecuencias de su desaparición afectan al equilibrio y la salud de todo el planeta. Las Administraciones todavía están a tiempo de ponerle remedio y darse cuenta que los productos apícolas pueden importarse de cualquier parte del mundo pero lo que no puede importarse es la polinización y es eso lo que hace que la apicultura sea imprescindible para nuestros ecosistemas naturales y agrarios.

LA UNIÓ

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