LA UNIÓ continúa aplicando así un plan de formación dirigido a cooperativas y otras entidades interesadas en la polinización. La novedad más importante de este año es la colaboración con la Universidad Politécnica y la rama agroforestal de Escuela de Viticultura de Requena, para iniciar estudios sobre la influencia y cuantificación de la polinización entomófofila en hortícolas en el primero de los casos y en plantas aromáticas en el segundo.
LA UNIÓ facilita a las cooperativas y entidades el asesoramiento necesario para optimizar la polinización en sus cultivos, así como las colmenas necesarias para conseguir este objetivo. Los proyectos de colaboración en cooperativas se llevan a cabo con la Cooperativa Valenciana Unión Protectora de El Perelló, la Cooperativa del Mareny de Barraquetes y las cooperativas de Benicarló y Llutxent.
LA UNIÓ señala que son los propios técnicos de las cooperativas y entidades quienes se ponen en contacto con su sector apícola para realizar la iniciativa. Los cultivos más afectados por la falta de polinización son los hortícolas, entre ellos el calabacín, tomate, berenjena y melones; así como los frutales, incluidos los cítricos, que se ven afectados por ese déficit de polinización que conlleva un considerable descenso cualitativo y cuantitativo. El déficit de polinización, sólo en la producción agraria valenciana, puede alcanzar los 600 millones de euros anuales.
LA UNIÓ recuerda que el principal tesoro con el que nos obsequian las abejas es la polinización y la salud de nuestro planeta depende de ella. La miel, el polen, la cera, la jalea real, el propóleo, etc., son tesoros secundarios.
En el ámbito mundial se reconoce hace años una merma generalizada en las poblaciones de insectos polinizadores. Las causas principales son el uso de productos fitosanitarios, la destrucción de hábitat y flora natural provocada por las transformaciones del terreno, la contaminación ambiental y otros factores coyunturales. En la Comunidad Valenciana, a juicio de LA UNIÓ, se suma otra causa fundamental que es la de los decretos para limitar la polinización cruzada en plantaciones de cítricos que durante la última década han condenado de forma irracional a los insectos polinizadores.
Según Enrique Simó, técnico apícola de LA UNIÓ, “las abejas existen en la tierra desde hace más de 60 millones de años y pueden sobrevivir sin los humanos. Sin embargo, el homo sapiens, que apenas lleva 250.000 años en el planeta, no puede sobrevivir sin las abejas. La supervivencia y la evolución de más del 80% de las especies vegetales del planeta y la producción del 84 % de las especies cultivadas en Europa depende directamente de la polinización entomófila”. Un tercio de la dieta humana procede directa o indirectamente de la polinización realizada por las abejas”.
UNIO-COAG