El sector de carne avícola sigue afrontando las consecuencias de la peste. Ha descendido el consumo de este tipo de carne y no se puede predecir el futuro del sector. Algunos productores cambian la orientación de la explotación hacia gallinas ponedoras de corral o reproductoras (huevos de incubación).
El sector holandés tendrá que bajar de un 10 a un 20 por ciento la oferta para poder superar las consecuencias de los brotes de la peste aviar. Hace exactamente un año que brotó la enfermedad y solo en noviembre se declaró libre de la peste aviar a Holanda. Hasta ese momento, se eliminaron 15,8 millones de gallinas ponedoras y 13,6 millones de pollos de carne, pavos y patos. Ahora, los productores han vuelto a llenar sus explotaciones, pero los hay que han cambiado las gallinas ponedoras por otros tipos de explotación como la de gallinas ponedoras de corral y de pollos de un día. La consecuencia es un fuerte aumento de la producción de huevos.
En seis meses se conocerán las verdaderas consecuencias en el mercado europeo de la epidemia de peste aviar. Está claro que el mercado de carne de aves congelada no alcanzará el nivel de hace algunos años. Esto significa que la parte de mercado de las explotaciones holandesas ha disminuido en un diez por ciento. Debido a la reducción de las posibilidades de venta, los mataderos de aves también han reducido su número de sacrificios de diez a ocho millones de pollos por semana.
Todavía es temprano para saber cómo se desarrollará el mercado europeo después de los brotes de peste aviar clásica en Asia y Estados Unidos. En los próximos meses Tailandia no puede exportar carne de ave a Europa. Brasil intentará cubrir el hueco que deja Tailandia, pero mientras tanto, el sector holandés puede aprovecharlo. La cuestión es cuánto tiempo va a durar, ya que en cinco años la carne de ave brasileña o tailandesa ya no entrará congelada, sino fresca, en Europa
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