Si a nivel general, esa reducción general del censo de porcino ha sido de un 8,1 %, resulta especialmente llamativo el retroceso de las reproductoras en un 8,7% menos y el de los lechones en un 5,3%. Salamanca cuenta actualmente con 3.793 explotaciones de las 45.373 que existen en Castilla y León.
De esta manera, la situación se está convirtiendo en insostenible para los productores ya que al reducirse la demanda de los cebaderos por el descenso de precios, muchos echan el cierre a sus instalaciones o sacrifican parte de las cerdas madres o, simplemente, no las ponen en cubrición. Además los cebaderos están al borde del cierre, sin opción a renovar las plazas que les van quedando vacías al ir sacrificando animales.
Hay que tener en cuenta, en contexto actual de la alimentación animal, la clara distorsión que se perfila entre los precios de venta y los precios de compra de los piensos, un grave problema para la subsistencia de las explotaciones que requiere, en opinión de ASAJA, de la intervención del Tribunal de la Competencia.
Asimismo, para paliar la ruina ganadera del sector, desde esta organización agraria, se consideran necesarias una serie de medidas especiales tales como: reducciones fiscales en el Impuesto de la Renta y de Sociedades, transparencia en los precios mediante una Ley del Comercio, ayudas directas a los ganaderos para la fabricación de piensos, potenciación de seguros ganaderos y, sobre todo, el desacoplamiento total de todas las producciones agrícolas y ganaderas teniendo en cuenta que buena parte de las explotaciones de porcino combinan esta especie con rumiantes (vacuno, ovino y caprino), también en situación de ruina económica.
ASAJA