El sector europeo de los biocombustibles, ¿una reestructuración en ciernes?

Y ello no tanto debido a la perversa y absurda manipulación de los medios de comunicación, que parecen ser víctimas fáciles de algunas partes interesadas que quieren hacer creer a los consumidores el sinsentido de que los biocombustibles son ahora el peor de los males, sino al hecho de que este joven sector no parece capaz de montar una defensa organizada de sus propios intereses, por lo que parece condenado a desaparecer en las turbulencias del momento. El hecho es que ningún productor de biocombustibles asistió al evento, dejando la tribuna libre a los alrededor de 200 participantes en SUMMIT, entre ellos algunos productores de segunda generación, que son justamente los principales proveedores de energías (renovables) y algunos de sus más estrechos aliados.

Parece que la primera generación de productores de biocombustibles, varios centenares de emprendedores independientes atraídos por la oportunidad dorada que parecían constituir estos productos, están siendo empujados fuera del negocio por diversas circunstancias coincidentes en el tiempo, que según algunos pueden constituir un intento organizado de reestructurar el sector. El hecho es que en este momento, la mayoría de fabricantes europeos no están produciendo o lo hacen a niveles mínimos de capacidad. El hecho es que se están construyendo nuevas e importantes plantas de biocombustibles, y que estas nuevas unidades de producción no guardan relación alguna con los productores de primera generación, sino que se integran en las cadenas de suministro del sector petrolífero. Por otro lado, el hecho es que la UE no parece tener prisas para defender a los productores existentes al tolerar el dumping de biodiesel procedente de Estados Unidos, ayudando así a acelerar la salida del mercado de estos productores. Y el hecho es que más y más medios de comunicación de renombre caen en la tentación de contar sólo la mitad de la problemática de los biocombustibles. La agencia española de noticias EFE, por ejemplo, eligió sólo a 2 de los 30 ponentes del evento, naturalmente los dos que mantenían una posición contraria a los biocombustibles (Unilever y Greenpeace). Ni una palabra acerca de los ponentes que ofrecieron un análisis en profundidad basado en hechos probados sobre el sinsentido de culpar a los biocombustibles de la mitad de los problemas del mundo.

El último ejemplo ha sido la diarrea de noticias en todo el mundo sobre los aumentos de precios del arroz, que naturalmente también se han atribuido a los biocombustibles. Sin embargo, el hecho es que los biocombustibles no se producen a partir de arroz, y que para la producción de los mismos tampoco se utilizan arrozales. Así son las cosas, por mucho que se trate de cambiarlas. Sin embargo, hoy en día los medios de comunicación están tan condicionados que automáticamente relacionan los aumentos de los precios alimentarios con los biocombustibles, cosa que no ayuda en absoluto a que los lectores comprendan mejor cuáles son los verdaderos problemas y sus posibles soluciones.

¿Importa todo esto en este acto de la representación?

La nueva realidad es que los productores de primera generación parecen condenados a desaparecer y que las industrias consolidadas ocuparán su lugar. Se trate o no de un intento orquestado, parece inevitable que sea así. Será interesante observar cómo los productores de segunda generación evitan caer en las mismas trampas en cuanto los biocombustibles vuelvan a ser declarados “verdes”. Como se ha visto durante el tercer encuentro SUMMIT sobre biocombustibles sostenibles, la clave está realmente en ser sostenibles, algo de lo que se olvidaron completamente los productores de primera generación. No cabe duda de que las generaciones futuras de productores de biocombustibles se centrarán en la producción a gran escala, garantizando la calidad y sobre todo la sostenibilidad de sus productos, tanto desde el punto de vista medioambiental como del comportamiento social de toda la cadena de suministros, hasta llegar a la propia cosecha e incluso a la preparación y uso de los terrenos, en tanto en cuanto los biocombustibles se produzcan a partir de biomasa compitiendo con la cadena de suministros alimentaria. De modo que muy pronto podemos esperar el desarrollo de algún tipo de Estándar Europeo de Certificación de Biocombustibles, que abordará esos aspectos devolviendo a los biocombustibles su carácter “verde”, pondrá fin a las prácticas de dumping y sentará las bases para el desarrollo a largo plazo de este nuevo sector con los mismos jugadores de siempre.

Es probable que esto suceda muy pronto, pero para entonces la mayoría de los productores existentes ya no estarán en el negocio. Será el último acto de esta representación, que integrará la producción de biocombustibles en las estructuras existentes de la industria energética europea. Muy pronto, conduciremos nuestros vehículos consumiendo todo tipo de mezclas de (bio)combustibles sin saberlo siquiera. Fin de la historia.

BIOFUEL SUMMIT

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