La Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI), en la que se integra el sector industrial, representado por IBERAICE, y el sector ganadero, ha solicitado formalmente al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) el inicio de la tramitación para conseguir la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) para el Cerdo Ibérico.
Con ello se inicia un proceso que requerirá una tramitación larga y compleja hasta su aprobación definitiva por la Unión Europea, ya que hay que conseguir el acuerdo de España y Portugal, al tratarse de una I.G.P. transfronteriza, y habrá que incorporar o modificar diferentes aspectos del proyecto, en el que tanto IBERAICE como ASICI llevan tiempo trabajando, y que ha sido favorablemente acogido tanto por las diferentes organizaciones del sector como por las Administraciones, Comunidades Autónomas involucradas y organizaciones portuguesas.
La consecución de esta figura de protección y calidad diferenciada de ámbito comunitario para uno de los productos más reconocidos de la gastronomía española, dentro y fuera de nuestras fronteras, es uno de los objetivos más importante para el sector industrial del ibérico tradicional. Una I.G.P. para el sector ibérico vinculado a la dehesa es un proyecto que busca el beneficio y la defensa del sector ibérico tradicional, el de las dehesas arboladas del suroeste peninsular, mediante la obtención de una figura de calidad y protección de ámbito comunitario de la que ahora carece. Protegería a los productos elaborados curados y a las carnes del cerdo ibérico, producidos bajo los sistemas tradicionales de aprovechamiento de montaneras, pastos y demás recursos naturales de las dehesas y elaborados en las industrias según los usos y costumbres tradicionales, con el apoyo tecnológico y de control que demanda nuestra sociedad. Todo ello bajo la estricta supervisión de un sistema de control acreditado y las directrices de un Consejo Regulador representativo.
Las Indicaciones Geográficas Protegidas son una de las tres figuras de calidad que existen en la Unión Europea, junto a las Denominaciones de Origen y las Especialidades Tradicionales Garantizadas y su objetivo es proteger y prestigiar los productos alimentarios de especial calidad y tradición.
La obtención de una de estas figuras supone el reconocimiento de la UE de esa calidad y tradición, otorgando una mayor protección y un prestigio a los productos amparados por estos marchamos de calidad. También contribuye a aumentar el reconocimiento y valoración de los productos por parte de los consumidores. Por ello es un contrasentido que el ibérico tradicional, que sin duda es el producto gastronómico más emblemático de nuestro país, no disponga –como otros productos representativos de nuestro acervo alimentario- de la necesaria protección comunitaria y del obligado apoyo en temas tan importantes para el sector en su conjunto como la promoción y la difusión, tanto en los mercados de la propia UE como en terceros países. Y esto es algo que una Norma de rango estrictamente nacional no facilita y que las Denominaciones de Origen existentes, por sus limitaciones geográficas, no abarcan.
GAIA