Existen tres variedades principales de té. El té verde, el té negro y el té oolong. La diferencia entre las tres variedades de té consiste en su procesamiento; en particular, el té verde está hecho con hojas no fermentadas y es el que contiene la concentración más alta de unos antioxidantes llamados polifenoles. Se cree que los polifenoles que se encuentran en el té verde pueden neutralizar los efectos de los radicales libres, moléculas altamente reactivas que contribuyen al envejecimiento del cuerpo. Por ello, se recomienda el consumo del té verde, especialmente como sustituto del café, ya que es más saludable y contiene menos cafeína.
Para hacer una taza de té verde se necesita una cucharadita de hojas de té (5g) por taza de agua. Se colocan las hojas en la tetera y se vierte agua caliente que no sobrepase de los 80°. La infusión tiene que reposar un máximo de tres minutos para que no amargue.
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