En estos momentos, existen en Navarra 73 depuradoras de aguas residuales que dan servicio a un total de 448.525 habitantes y de las que 60 están gestionadas directamente por NILSA, 10 por la Mancomunidad de Montejurra y 3 por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
Se da la circunstancia de que ahora la práctica totalidad de las localidades navarras de más de 500 habitantes cuentan con depuradora biológica de sus aguas residuales, lo que supone un tratamiento previo de los vertidos a los cauces fluviales. Todo ello significa, según el consejero Catalán, que una buena parte de los ríos de Navarra cuenta con una buena salud medioambiental.
A todo ello hay que añadir que las depuradoras facilitan el desarrollo urbano e industrial con criterios de sostenibilidad, teniendo en cuenta además que están dimensionadas no sólo para atender la demanda actual, sino los posibles crecimientos tanto de población como de usos industriales que la localidades puedan demandar en un futuro próximo.
Imagen del río Arga.
Los datos señalados anteriormente se completan consignando el plan de inversiones de NILSA, que se materializa en más de 40 expedientes abiertos de proyectos y obras, que conjuga las realizaciones aún pendientes en núcleos de más de 500 habitantes con la implantación de depuradoras en núcleos pequeños. De este modo, se cubren las necesidades derivadas de la dispersión poblacional existente en Navarra.
Por otra parte, hay que dejar constancia de que el equipo técnico de NILSA asumió en 2003 un compromiso firme en relación con la mejora de su gestión interna y externa, mediante la implantación voluntaria de un sistema de calidad que se consolidará y servirá de estructura de apoyo a las entidades locales en el ámbito de las infraestructuras básicas.
Parque fluvial de la Comarca de Pamplona
La política del departamento de Administración Local, desarrollada a través de NILSA, se ha materializado además en el sentido de que a partir de la primavera de 2003 se cuenta con una infraestructura como la del parque fluvial de la Comarca de Pamplona que ha implicado el tratamiento de 22 km. de ribera de los ríos Arga y Ultzama, orientado al disfrute de la población. Además, se ha recuperado un ecosistema que estaba prácticamente olvidado.
A lo indicado anteriormente, hay que añadir que en 2004 han comenzado las obras de recuperación del Batán de Villava y su futura transformación en museo, todo ello englobado en un proyecto transnacional europeo denominado Waterwaysnet y financiado en parte con fondos de la Unión Europea. También están previstas varias actuaciones en el Molino de San Andrés, en Villava. Estos dos elementos, juntamente con el molino de la Carolina y los puentes medievales, forman parte del proyecto total de recuperación del patrimonio histórico ligado al río que vienen desarrollando NILSA y el Consorcio del Parque Fluvial.
Navarra, a la cabeza en la depuración de aguas residuales
Con las infraestructuras implantadas y los resultados obtenidos desde el nacimiento del Plan Director de Saneamiento de los Ríos de Navarra implantado hace 15 años, se puede indicar que Navarra ocupa una posición puntera dentro de España e, incluso, dentro de la Unión Europea. De hecho, la Directiva Comunitaria 91/271, que regula esta materia y que se materializa en España a través del Plan Nacional de Saneamiento y Depuración, tiene en la Comunidad Foral un referente y modelo de gestión e implantación de cara a otras comunidades españolas.
Todo ello obedece al esfuerzo del Gobierno de Navarra a través del departamento de Administración Local, unido al de las entidades locales que trabajan conjuntamente con NILSA, tanto en el diseño previo de las plantas depuradoras como en su posterior puesta en funcionamiento.
La sociedad pública NILSA gestiona anualmente un presupuesto que se cifra en torno a los 27 millones de euros, sustentado fundamentalmente en los más de 17 millones de euros de inversiones y en los aproximadamente 7,5 millones de euros que lleva consigo el funcionamiento de las depuradoras existentes en Navarra.
El esfuerzo presupuestario se ha financiado casi en un 50% con cargo al canon de saneamiento que se aplica a cada usuario-consumidor de agua, y el resto mediante aportaciones de los diferentes planes trienales de infraestructuras del Gobierno de Navarra, así como de los fondos comunitarios de cohesión y desarrollo regional
Gobierno Navarra